Etiqueta: Cuentos de Cuarentena
El asesino puedes ser tú
¿Qué sientes al pensar que tu peor enemigo sigue vigilándote, esperando tus sucias manos para abrazarte tan fuerte que solo dejaría un hilo de respiración en tu ser, someterte en la cama y hacerte sentir como nunca nadie lo había hecho jamás?
Mudarse en tiempos de coronavirus
Pronto cumpliremos tres años en México, que ya siento mi país. He construido amigos y hogares, rutinas y nuevos paisajes. En particular, en las playas de Tecolutla, Oaxaca y Zihuatanejo, me siento en casa y en esos momentos de alegría, con el olor del mar que trae el viento, puedo olvidar que hubo una escisión, un país que dejé, unas playas que no veré más
“¿Me vas a dejar, verdad?”
Lo miró a los ojos y notó más arrugas. La sequedad de su piel delataba años de descuido y de trabajo duro, pero las manos seguían suaves y perfectas como en su adolescencia. Meses antes ella estaba dispuesta a dejarlo: ya sus hijos estaban grandes y lejos para entender y sospechaba que, al menos la mayor, estaría de acuerdo porque en una ocasión se atrevió a juzgar su dinámica de pareja. Pero como siempre la vida le volteó los planes, la encerró en cuatro paredes con quien debía ser ya su pasado y tocó guardar su proyecto bajo llave
Saludos from Caracas, señores marcianos
No sé si vieron un letrero en la atmósfera de la Tierra que dice: “Cerrada por pandemia”. Si pueden dar vuelta en U, buenísimo. Es que no estamos preparados para recibir visitas. En caso de que quieran llegar ustedes antes que los marines, pasen adelante. Si vienen para la fiesta democrática, llegaron a freír tequeños
Cuentos de cuarentena | Maleteado en cuarentena
El lunes pidió delivery de carne, pollo, frutas, vegetales, cerveza, artículos de limpieza, medicinas, etc, etc.
Cuentos de Cuarentena | El exilio de Zapato
La decisión de exiliar a Zapato no fue tomada de un plumazo. Horas antes estuve reunida con Aspiradora buscando la solución que le permitiese vivir dentro de casa
Cuentos de Cuarentena | Necrosis
El paraíso, eso parecía aquel país. En unos pocos años trabajando duro y con un mínimo de conciencia que escaseaba en la mayoría de los locales, podías tener lo que quisieras y más
Tierra mojada
Hoy, un día más del confinamiento y distanciamiento social. Hoy, como los otros días, me levanté, comí, salí al jardín, leí, comí, descansé, preparé café, trabajé y regué. En distintos interludios atendí el celular: Gmail, Signal, Telegram, WhatsApp, Twitter e Instagram
De terror
Entre otras cosas, la cuarentena me dio por limpiar. Limpiar y ordenar. Ya saben, esto de aquí pasa para allá y lo de allá viene para acá. De la cesta de ropa sucia convertida en closet de lencería saqué manteles y pañitos olvidados
Cuentos de cuarentena | Nicaragua: 40 infinitos
Mi cuarentena empezó mucho antes de que el coronavirus llegara a Venezuela y, a la vez, nunca empezó. Mi aventura inició en un viaje que se planificó durante meses: un viaje Caracas-Managua con escala en Panamá que tenía como finalidad visitar a mi familia que no veía desde hacía 13 años y poder hacer diligencias pendientes