Los vecinos de Miguel José Cordero, de 52 años, hallaron su cadáver en el patio que compartían. Presentaba signos de tortura. La última vez que lo vieron fue la noche del lunes, cuando iba junto a un hombre con una botella de licor en manos.
El fallecido era bioanalista y laboraba en el Materno Infantil de El Valle. El martes, sus vecinos fueron a su casa situada en el sector El Cañicito del barrio San Andrés, para informarle que el gas había llegado y así ir juntos a buscar sus respectivas bombonas. Al ver la puerta abierta y la cerradura forzada, entraron a buscarlo pero no lo consiguieron.
Fue hasta que miraron al porche que hallaron el cadáver. Alrededor de su cuello tenía restos de alambre y un mecate. Además, presentó moretones por todo el cuerpo.
Familiares que acudieron a la morgue de Bello Monte denunciaron que la vivienda fue registrada y varios objetos de valor, robados. La víctima era padre de un adolescente de 15 años.