San Carlos.- El padre José Manuel de Jesús Ferreira fue asesinado de dos disparos este 20 de octubre, alrededor de la medianoche, en la casa parroquial en San Carlos, estado Cojedes, cuando unos delincuentes lo interceptaron para robarlo.
Se conoció que el hecho ocurrió cuando el sacerdote despidió a unos fieles y luego de eso unos malvivientes intentaron robarle el carro a unas personas que salían de la casa parroquial. Trascendió que el padre intentó mediar con uno de los delincuentes, que tenía a una mujer sometida con un machete en el cuello, pero otro sujeto le disparó en dos oportunidades.
El padre fue trasladado al hospital Dr. Egor Nucete, de San Carlos, donde ingresó sin signos vitales. Los médicos de guardia del centro de salud confirmaron que el párroco había recibido dos disparos, uno de ellos mortal, porque le atravesó el pecho.
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José Manuel de Jesús Ferreira era oriundo de la parroquia El Cementerio, en Caracas. Desde pequeño sintió la vocación de servir a Dios y fue al seminario y se hizo sacerdote.
Ferreira llegó en el año 2007 a la Diócesis de San Carlos y fue asignado a la Parroquia Santo Domingo de Guzmán como sacerdote de la Congregación de Jesús, donde se ganó el cariño y la admiración de los fieles y la comunidad. Un hombre joven, despierto, motivador, alegre y con una gran capacidad de servicio que lo llevó a ser un líder de las comunidades del centro de la capital cojedeña.
Luego fue transferido al Santuario Mariano Diocesano de la Divina Pastora en Lagunita, municipio Ricaurte, donde también demostró su vocación de servicio e inculcó la devoción a la Virgen María a través de la advocación de la patrona de Cojedes y de Nuestra Señora de Fátima.
Al pasar cuatro años, monseñor Polito Rodríguez, obispo de la Diócesis de San Carlos, lo nombró párroco del Santuario Eucarístico San Juan Bautista de San Carlos, en el que hizo una excelente labor para la restauración y reparación de esa iglesia, que es monumento histórico nacional y patrimonio de todos los cojedeños. El sacerdote organizó vendimias, rifas y gestionó donaciones que le permitieron reparar el templo.
Fue tanto al amor que tenía por Cojedes por los años que vivió en este estado, que de sacerdote religioso decidió hacerse sacerdote diocesano, para quedarse en la Diócesis de San Carlos.
Una vida dedicada a Dios
El padre José Manuel de Jesús Ferreira fue una persona dedicada al servicio de Dios, al prójimo y a su parroquia. Su capacidad de entrega era inmensa. Siempre buscaba la manera de ayudar y aliviar el sufrimiento de quienes lo necesitaban.
Siempre con su jovialidad y la sonrisa que lo caracterizaba, visitaba comercios y hacía jornadas para dar de comer a quienes lo necesitaban. Todos los fines de semana organizaba jornadas de entrega de comida para las personas sin hogar y que atravesaban por una difícil situación.
Monseñor Polito Rodríguez, obispo de la Diócesis de San Carlos, condenó a través de un comunicado el hecho, que hoy consterna a toda la comunidad.