Presuntamente de un infarto murió el teniente coronel de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Rafael Enrique Bastardo Mendoza, señalado de ser uno de los comandantes de la llamada Masacre de El Junquito, ocurrida en 2018, en la que fueron asesinados el inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Óscar Pérez y 6 integrantes de su equipo cuando ya se habían rendido.
Esta operación, que terminó con la vida de Pérez, líder además de un movimiento de rebelión contra el gobierno de Nicolás Maduro, fue encabezada por Bastardo, mayor en ese entonces, junto al coronel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y figura importante en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Alexander Granko Arteaga.
Sobre Bastardo y Granko pesan sanciones internacionales por su presunta responsabilidad en la violación de los derechos humanos a presos políticos de oposición.
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No se conocen detalles de la muerte de Bastardo, ocurrida este fin de semana. Actualmente, se desempeñaba en cargos militares de bajo perfil y administraba un reconocido autolavado de su propiedad, ubicado en La Guaira, estado Vargas.
Bastardo fue el primer comandante de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), organismo señalado de perpetrar ejecuciones extrajudiciales y torturas.
También estuvo relacionado con la fallida operación Libertad en 2019, un levantamiento cívico-militar contra Nicolás Maduro en el que participaron líderes políticos de oposición. En esta oportunidad, el militar fijó una posición contraria al gobierno oficialista, al parecer para liberarse de las sanciones internacionales.