Familiares de Andrés Eloy Torres, desaparecido desde el 7 de marzo, denunciaron que no están conformes con la investigación que realiza la Fiscalía Nacional 62. Alegan que el proceso ha estado lleno de trabas, lo que los hace dudar del esclarecimiento del caso, a propósito de lo que le sucedió al joven y de los responsables.
Torres, de 23 años, desapareció mientras atravesaba un proceso judicial. Llevaba más de un año residenciado en Caracas, donde realizaba gestiones para recuperar unas tierras productoras que le expropiaron en Barinas, su lugar de origen.
Un mes antes de su desaparición formuló una denuncia contra un hombre que le aseguró que laboraba en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y que le serviría de gestor ante el Ministerio de Tierras.
Lo denunció por estafa, ya que no le brindó la ayuda que acordaron y desapareció con un pago que el joven le realizó.
El 7 de julio, cuatro meses exactos después de su desaparición, trabajadores del Cementerio General del Sur reportaron el hallazgo de una osamenta.
Era un cuerpo que no correspondía a ninguna tumba y que, a simple vista, parecía un ajusticiamiento, porque tenía un orificio en el cráneo ocasionado por el paso de un proyectil.
A las horas de este hallazgo, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) se comunicaron con la familia de Torres para informarle que se trataba del joven desaparecido.
Desde ese entonces, la familia del joven Andrés Eloy inició un proceso para que al cadáver hallado se le hicieran pruebas especiales de ADN, que corroboraran de forma científica que se trataba de su pariente.
Hasta la fecha, no están satisfechos con la investigación adelantada por la Fiscalía 62. Inicialmente era la Fiscalía 2ª del Área Metropolitana de Caracas que trabajaba en la investigación, pero el Ministerio Público reasignó el caso.
Familiares hicieron diferentes diligencias para que se realizaran los exámenes al cuerpo, preferiblemente de manera privada, ya que no habrían insumos en los laboratorios de criminalística para realizar tales estudios.
Sin embargo, tras varias negativas de la Fiscalía, les informaron que sí harían los estudios, pero primero tomarían los datos de ADN de la madre de Andrés Eloy.
«Nos sentimos decepcionados de la Fiscalía, no estamos de acuerdo en que le hagan primero los estudios a mi mamá porque después de tantas trabas que han puesto para resolver el caso, fácilmente podrían manipular la información genética de la osamenta para decir que sí se trata de Andrés», declaró a El Pitazo, Leobardo Torres, hermano mayor del joven desaparecido.
El pariente aseguró que el fiscal les dijo que las peticiones de la familia se tratan de un capricho y que ya no toleraba la situación.
La insistencia de la familia, según refirieron, se debe a que la osamenta hallada no tenía cabello, uñas, ni dientes, lo que generó confusión sobre la forma en que autoridades determinaron que se trataba del joven desaparecido.
En una primera versión acerca del hallazgo, se dijo que junto al cuerpo estaba el bolso con las herramientas y envase de comida que el joven cargaba el día que desapareció.
También, que vestía como él. Pero sus familiares luego declararon que no tuvieron acceso a tales prendas y tampoco se les permitió detallar las fotografías hechas a la osamenta, que les fueron mostradas brevemente para el proceso de reconocimiento.
Cabos que siguen sueltos
Familiares de Andrés Eloy se preguntan por qué el nivel de descomposición del cuerpo resultó tan acelerado en cuatro meses.
«La intención inicial de la Fiscalía fue hacer todos los estudios a la osamenta y luego a mis padres, pero de forma repentina cambiaron todo y ahora quieren hacer el examen primero a mi mamá», explicó Torres.
También quedó en el aire la revisión de las cámaras de seguridad de comercios en Los Flores de Catia, donde estaba residenciado el joven.
En varios de los videos que el Cicpc mostró a su familia se ve el recorrido del joven, pero hubo una sola cámara que los funcionarios se abstuvieron de mostrar porque, supuestamente, no tuvieron acceso a ella y es en el punto en el que Andrés Eloy se habría conseguido con alguien.
«Hicimos el seguimiento por el GPS del teléfono de mi hermano y lo comparamos con los videos, todo coincide, pero justo en esa cámara que no hemos visto, el teléfono de mi hermano indica que estaba en El Valle, de allí no se movió más», explicó el familiar.
Sus parientes se dieron a la tarea de ingresar al correo electrónico de Andrés Eloy para rastrearlo por GPS, también descargaron conversaciones por WhatsApp que el joven mantuvo con el sospechoso, todas estas pruebas fueron entregadas a la unidad que investigaba el caso.
En referencia a la cámara donde pudo registrarse el encuentro con su captor, Torres aseguró que la Fiscalía se negó a mostrarla porque debía pasar por un proceso de análisis.
«Durante un mes nos dijeron que estaban revisando y estudiando el video, pasó un mes, y nos dijeron que les mandaron el equivocado y no el de la cámara que se solicitó», explicó.
Como la osamenta que vieron por fotografías no tenía dentadura, tampoco pudieron identificarlo a través de un odontólogo forense. Familiares les preguntaron a los fiscales si fue torturado y les dijeron que no.
La semana pasada volvieron a introducir un documento con una serie de solicitudes para que este caso sea esclarecido: la prueba antropológica a la osamenta y luego a sus padres, el monitoreo de videos en los que se ve a sus captores y la investigación al sospechoso.
El documento fue acompañado de una nota personal de la familia, en la que escribieron que creen y confían en la justicia.