Caracas. Hasta las dos de la madrugada del pasado 1 de junio, Ismael José González, de 26 años, bebió cocuy de penca junto a sus familiares. La ingesta de la bebida lo hizo botar espuma por la boca, y a las horas se vio en una camilla intubado y esperando un milagro que no ocurrió.
La tarde del 31 de mayo, el joven, junto a un hermano, fue a la licorería Gerardo y compraron una botella de cocuy en 8.000 bolívares. Era su predilecta. Su hermana dice que el precio tenía que ver en ello.
Los hermanos también compraron un sobre de mezcla de bebida con sabor artificial de mandarina. Buscaron otra botella y ligaron el líquido. Tiempo después se fueron a la casa de Ismael y en el sitio terminaron brindando los dos hermanos, junto a su hermana y la pareja del joven de 26 años.
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La familia celebró hasta las dos de la mañana del sábado, aproximadamente. Cuando sus hermanos se fueron, Ismael se quedó dormido, y cuando amaneció botaba espuma por la boca. También tenía dolor de cabeza.
Sus familiares buscaron un taxi y lo llevaron al hospital de Cúpira y de ahí, por falta de insumos, lo remitieron al hospital Dr. Domingo Luciani, en El Llanito.
A pesar de que Ismael no se tomó la botella solo, sí fue el único que se vio afectado por la bebida. Cuando llegó al centro de salud lo intubaron. Pero de acuerdo con la hermana del joven, que pidió omitir su identidad, los médicos que lo atendieron no le hicieron lavado estomacal. «Nos quedamos esperando que le hicieran un lavado», dijo.
Ismael falleció a las 11:00 am del domingo. Ese mismo día, en la tarde, fue llevado a la medicatura forense de Bello Monte. El joven no tenía empleo formal. Trabajaba en lo que le saliera y deja un hijo de cinco años.