Caracas.- Más de dos años después de un cierre forzado, el Hospital Dr. Leopoldo Manrique Terrero no ha recuperado el 100% de su funcionalidad. Reabierto el pasado mes de abril en medio de la contingencia por la pandemia del coronavirus, la institución solo atiende casos de pacientes con la enfermedad viral. Trabajadores denunciaron a El Pitazo que tras la remodelación, que duró 510 días, departamentos como los de traumatología, pediatría y la unidad de cuidados intensivos están a la mitad de su capacidad.
En general, la institución ubicada en la parroquia Coche, al suroeste de Caracas, solo tiene operativas 50% de sus áreas. Al recién integrado centro de toxicología y la unidad de caumatología, como se denomina a la atención a quemados, les faltan equipos y suministros. Los pisos que tienen una funcionalidad adecuada fueron los que se dispusieron para atender a personas infectadas por COVID-19. No obstante, estos espacios los administran integrantes de la Misión Médica Cubana.
“Aprovecharon el cierre para quitarle el control de la gestión hospitalaria a los trabajadores. Esa es la impresión que nos dejan. En febrero, antes de la pandemia, no había una fecha definitiva para la reapertura. Se nos dijo en una reunión que la reinauguración dependía de unos equipos que no habían llegado. Pues, el hospital se desmanteló en noviembre de 2018 y todo se adquirió de nuevo. A finales de febrero se nos llamó para integrarnos, ante la inminencia del coronavirus”, contó a El Pitazo Aidé Zapata, enfermera del área de cuidados intensivos.
Humo y promesas
Desde el pasado mes de abril, 50 de las 110 camas de hospitalización prometidas en la remodelación están ocupadas por pacientes con COVID-19. Los ocho cupos de la unidad de cuidados intensivos también se destinaron para infectados con el virus SARS-COV2. En las instalaciones solo se reciben casos moderados o graves. Las personas que requieren estar en aislamiento preventivo se remiten al Poliedro de Caracas, situado a poco más de 2 kilómetros de distancia. Los cinco quirófanos no han sido estrenados, aunque tampoco están totalmente equipados.
“A las semanas del incendio sacaron todo. Se llevaron camas, equipos de ecografía, insumos, suministros. Mobiliario que estaba todavía funcional. Nunca se explicó qué se hizo con todo eso. Por eso fue que cuando dijeron que por el incendio iban a remodelar, nos extrañó. No estaba planificada ninguna obra. El hospital con todo y sus fallas funcionaba. El cierre dejó a esta zona desatendida. Ahora de lo que se tiene nada se ha usado para atender más que casos de COVID-19. La gente siente que el hospital sigue cerrado”, señaló Mayra Sanoja, enfermera instrumentista.
El jueves 8 de noviembre de 2018 un cortocircuito en el sótano del Periférico de Coche, como también se le conoce, obligó a una evacuación de emergencia. La avería eléctrica originó un incendio que fue controlado a tiempo por funcionarios del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, sin más consecuencias que los daños materiales. Debido al incidente que hasta la fecha no se esclareció, todos los pacientes fueron trasladados al hospital Dr. Miguel Pérez Carreño.
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Retrasos
Dos días después del incendio, autoridades del centro de salud determinaron que la falla impedía el funcionamiento de todo el edificio, que se quedó sin electricidad desde entonces. Luego de un mes se anunció una reparación del sistema eléctrico para evitar una situación similar y se confirmó el cierre del hospital hasta que concluyeran las obras. Al cabo de un año, en el proyecto de rehabilitación se incluyeron otros servicios, incluso los que no había afectado el incendio.
“El hospital fue hecho de nuevo. Se cambió hasta la fachada. Los comedores son nuevos, el área de emergencia, los casilleros de los trabajadores. Casi año y medio cerrado por completo. Al principio prometieron que la obra culminaría en tres meses, después en seis meses, nueve meses. Cuando se cumplió el año se dejaron de dar fechas. En diciembre se nos informó que este año abriríamos. Así fue, pero más obligados por la pandemia que por otra cosa”, lamentó Ángel Sifontes, quien tiene el cargo de camillero.
En diciembre de 2019, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Educación Aristóbulo Isturiz hicieron dos inspecciones. En ambos recorridos se certificó el avance de las obras y se prometió la reinauguración para el mes de enero de 2020. Fue el 21 de marzo que, en una visita casi informal, el entonces jefe de Gobierno de Distrito Capital anunció el reinicio de operaciones del hospital como uno de los centros centinelas para la atención del coronavirus.