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La mayoría de los adultos de entre 18 y 25 años aseguró que no votará en los comicios del 27 de abril por la falta de garantías electorales

Durante cinco años, Kevin* viajó entre dos países para ir al bachillerato. Cada día atravesó la frontera para estudiar en una escuela de Brasil y regresar a Santa Elena de Uairén, ciudad del estado Bolívar en la que reside y donde votó por primera vez. El 28 de julio de 2024, a sus 19 años, ejerció su derecho con la esperanza de un cambio que no ocurrió. Ahora, para las elecciones del 27 de abril, se rehúsa a volver a las urnas: «No votaré por algo que no existe».

La decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de proclamar a Nicolás Maduro con dos boletines sin resultados detallados frustró el sueño de Kevin. Su idea, en un contexto de transición democrática, era volver a Caracas para estudiar en una universidad. Sus aspiraciones académicas le fueron arrebatadas, así como las actas electorales de su centro de votación, donde asegura que ganó Edmundo González.

«No votaré porque estamos ante un gobierno ilegítimo y fraudulento. Ellos no reconocieron su derrota y decidieron irse por el camino de los corruptos, de los maliciosos», declaró al ser entrevistado por El Pitazo.

La socióloga y psicóloga social Julieta Casó afirmó a este medio que el venezolano cree en la democracia, pero no cree en las condiciones bajo las que está el sistema político en su país. La elección presidencial de hace seis meses fue una prueba para ella, ya que, pese a los obstáculos del oficialismo, más de once millones de personas votaron.

«El sentimiento es que en Venezuela no hay garantías para votar, pero los ciudadanos siguen creyendo que la democracia es una posibilidad para el cambio político del país», recalcó la investigadora del Observatorio de la Diáspora Venezolana (ODV).

«Se burlaron del pueblo»

Yusneidi Peña volvió a sentir desinterés por el sufragio luego de la elección presidencial del 28 de julio. Con 25 años, la manicurista que reside en Ocumare del Tuy, estado Miranda, no había votado, pero cambió de opinión para los comicios del 2024 al escuchar el discurso de la líder opositora María Corina Machado. El interés que le surgió desapareció por la postura que tomó el ente electoral.

«Se burlaron del pueblo. El CNE fue irresponsable al no publicar las actas», señaló la joven que no va a votar el 27 de abril porque se siente decepcionada. Además, aseguró que ve mal el panorama porque la gente ya no confía ni en las autoridades ni en las elecciones transparentes, «como ellos les dicen».

Elvis Amoroso, presidente del órgano electoral, garantizó la confiabilidad, transparencia y ejecución de las auditorías correspondientes para el 27 de abril. Durante su anuncio, instó a todos los partidos y candidatos que participen a «acatar» los eventos y resultados que surjan en esa jornada.

Las palabras de Amoroso no convencieron a Yusneidi, quien aún recuerda que él proclamó a Maduro con un boletín de resultados sin disgregar. A menos de tres meses de unas nuevas elecciones, la indiferencia de la manicurista es evidente. «No voy a votar porque no me interesa quien gane, ni siquiera le he visto la cara al gobernador», recalcó.

La abogada y coordinadora de una ONG enfocada en procesos electorales, que prefirió hablar con El Pitazo bajo anonimato, precisó que la elección del 27 de abril no está técnicamente convocada. Amoroso no publicó la convocatoria en la Gaceta Oficial como lo exige la ley. Tampoco el cronograma electoral que, según el periodista Eugenio Martínez, fue difundido el 30 de enero por grupos de WhatsApp.

Eugenio Martínez, comunicador especializado en temas electorales, señaló que el CNE mantuvo en el cronograma las tres auditorías postelectorales que no hizo en la elección presidencial | Captura

Aunque la ley no establece el tiempo que debe durar un proceso electoral, la especialista en participación ciudadana consideró como «sumamente justo» el período fijado por Amoroso. Incluso, aseguró que se van a solapar algunos procesos para cumplir con el cronograma.

Jeankerber Hurtado es otro mirandino que tampoco va a participar en la elección de diputados, legisladores y gobernadores. A sus 21 años está negado a votar porque considera que el 28 de julio, cuando ejerció su derecho por primera vez, le robaron el voto y por eso «no valió de nada participar».

El vecino de Charallave estaba convencido de que habría un cambio político en Venezuela. Por eso, cuando Amoroso proclamó a Maduro, sintió que las autoridades abusaron de los electores.


El 27 de abril no voy a participar porque el CNE pone a ganar a los candidatos que el gobierno quiere

Jeankerber Hurtado, estudiante de 21 años que reside en Charallave, estado Miranda

Al oriente del país, en el estado Anzoátegui, Maia* cree que es insólito que el ente comicial le pida reconocimiento al electorado cuando sus autoridades no reconocen las actas emitidas por su propio sistema. La joven de 23 años, que desconoce la juramentación de Maduro, piensa que no hay condiciones para hacer elecciones.

«Sé que tengo el deber ciudadano de ejercer mi derecho, pero no. No voy a votar», insistió. Su falta de motivación para asistir a las urnas, explicó, es que nadie le puede garantizar que el proceso sea 100 % transparente ni que se emitan resultados confiables.

La socióloga Casó enfatizó que, pese a que el chavismo se afianzó en el poder de forma autoritaria, los ciudadanos no pueden permitir que les hagan creer que no tienen alguna incidencia en el cambio político, ya que los países cambian por una presión social.

En ese sentido, dijo que la ciudadanía debe ser activa para recuperar las instituciones y exigir a los líderes políticos. «Aunque la pelea sea desigual, que pareciera que es luchar contra la impunidad absoluta, la voz del pueblo no la han podido callar porque la gente fue a votar», destacó sobre el 28 de julio.

«Me desmotiva votar en estas elecciones»

El panorama electoral en Venezuela está lleno de desesperanza, incertidumbre e indiferencia, según Bely Delgado. Para ella el CNE dejó claro el pasado 28 de julio que, más allá de la decisión de los ciudadanos, hará lo que le plazca. «No pienso volver a formar parte de ese circo de nuevo», sentenció.

La portugueseña de 22 años afirmó que, así como el oficialismo consideró irrelevante su voto, el «intercambio de puestos gubernamentales entre ellos» también carece de importancia para los jóvenes. Como una muestra de ese desinterés, reveló que no se ha molestado en conocer los nombres de la cartera electoral porque da por hecho que «son el mismo virus con nuevas caras».

Bely siente que el CNE llegó a un punto de descaro que ha mantenido al país en meses llenos de estrés y frustración. La motivación que la llevó a votar el 28 de julio para impulsar un cambio en Venezuela fue vivir en un país donde pudiera cumplir sus sueños y no tener que buscarlos en otras fronteras.


Me desmotiva votar en estas elecciones porque ya nuestro voto no es una llave de cambio, sino una pieza en su juego (el del CNE)

Bely Delgado, residente de 22 años del estado Portuguesa

Una de las preocupaciones que expresó la coordinadora de la ONG es la desconexión de los jóvenes con el espacio público. En 2005 y 2018, recordó, se presentó ese escenario que «es muy probable» que vuelva a ocurrir, pero no porque haya un desinterés en los derechos políticos, sino porque la mayoría de la juventud no se siente representada ni ve un espacio confiable.

Algo que contribuye a la desconexión es la actuación del CNE para incentivar a los nuevos votantes, una labor calificada como «deficiente» por la abogada. La ausencia de una campaña comunicacional y la falta de notificación de los cambios de los puntos de inscripción, antes del 28 de julio, fue en contra del deber, por ley, que tiene el órgano electoral de promover la educación cívica.

«Las jornadas de actualización de datos han disminuido significativamente desde 2015. Pasamos de tener jornadas de 8 meses y más de 1.500 puntos en todo el país, a tener jornadas de 30 días con 300 puntos de inscripción», explicó la coordinadora.

Sofía*, a sus 25 años, también votó por primera vez el 28 de julio. La proclamación que hizo el CNE a Maduro le certificó algo que venía pensando desde antes de las elecciones: «En este país no hay democracia, ya vivíamos en una dictadura».

Los crímenes de lesa humanidad, la inseguridad y los problemas económicos fueron las razones que, junto a la propuesta de María Corina Machado, la motivaron para ejercer su derecho. Recuerda que, el día de la elección, sintió que la situación sería distinta cuando la líder opositora le pidió a las personas que se quedaran en su centro de votación y cuidaran las actas, ya que no se iba a ignorar el voto.

«Es nuestra forma de actuar, de participar», dijo sobre el sufragio. Sin embargo, para las elecciones parlamentarias y regionales de 2025 no acudirá a las urnas porque considera que todo proceso electoral que se haga sin reconocer los resultados del 28 de julio reflejados en las actas de escrutinio no tienen ninguna validez.


Lo que me desmotiva de participar el 27 de abril es que fue organizado por un gobierno que no ganó las elecciones

Sofía, caraqueña de 25 años que vive en el municipio Libertador

«¿Para qué? Si el voto de uno no vale»

La decepción y frustración por lo ocurrido en el período postelectoral de la elección presidencial de 2024 aún se mantiene en el estudiante de Economía del estado Lara, Daniel Alzuro. Perdió la confianza en el proceso, por lo que no participará en las elecciones del 27 de abril.

Aunque se inscribió en el Registro Electoral a los 19 años, el 28 de julio del año pasado fue la primera vez que este joven de 22 años ejerció su derecho al voto. Hasta esos comicios, creía que su participación podría contribuir a un cambio en el panorama político de Venezuela, pero no fue así.

«Lo que pasó el 28 de julio es una ruptura total en la confianza en la institucionalidad de Venezuela, del Estado de derecho y de todo por cómo se manejó», expresó. Su opinión, aseguró, la comparten varios de sus compañeros, todos estudiantes de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).


Pienso prepararme para irme (de Venezuela) en un futuro, si las condiciones no cambian

Daniel Alzuro, estudiante de Economía de la UCLA

Deiker Jiménez, de 20 años, también tenía un sueño al que su primer voto podría contribuir: «Un mejor futuro, una mejor vida, prosperidad para que vuelva mi familia y mis amigos. Quiero que algún día vuelva esa Venezuela de la que me cuentan mis padres».

El escenario al que aspira Deiker es contrario a la realidad que vive. Al menos siete de sus compañeros de la carrera de Contaduría Pública en la UCLA emigraron entre finales de 2024 e inicios de 2025. A su juicio, aunque la tensión política disminuyó, el miedo sigue latente, ya que hay temas que no se pueden publicar en redes sociales porque «te pueden secuestrar».

Con respecto a la migración, la investigadora del ODV dijo que los jóvenes ven a la migración con posibilidades laborales como un camino hacia una mejor calidad de vida. Son capaces de ser flexibles para conseguir empleos temporales que les permitan mantenerse e independizarse, algo que no pueden hacer en Venezuela.

Al abordar el tema de los resultados del 28 de julio publicados por el CNE, Deiker considera que hubo muchas fallas. «Todos saben que ganó la oposición», expresó. Si bien dijo que no tiene pruebas para demostrarlo, asegura haber visto ciertos resultados en algunos centros de votación.

Durante y después de la elección presidencial, los testigos y miembros de mesa convocados por la oposición recopilaron y protegieron 85,18 % de las actas de escrutinio. Desde el 2 de agosto, el Comando Con Venezuela publicó los documentos digitalizados que reflejaron una victoria de Edmundo González, con el 67 % de los votos, sobre Maduro, quien obtuvo 30 % del apoyo popular.

Al igual que Daniel, Deiker fue contundente cuando se le preguntó si participará en los comicios parlamentarios y regionales del 27 de abril: «No voy a votar, ¿para qué? Si el voto de uno no vale. Con lo que pasó, es mejor no votar. Fue una decepción».

Para la socióloga Casó, durante el siglo XXI en Venezuela, las elecciones se han visto como luchas de poder y no como procesos democráticos. «Hay un descrédito a la institucionalidad que hace que la persona diga: ‘¿para qué voy a votar si no va a servir para nada?’», explicó.

Asimismo, al hacer referencia a los adultos jóvenes de 25 años o menos, la investigadora indicó que es el mismo período en el que ha estado el chavismo. Por lo tanto, esta generación no ha vivido un proceso democrático con jornadas electorales que puedan considerarse como «un día cívico normal» y cuyo voto sea respetado.

«Dependiendo del candidato, podría ir»

La falta de certeza ante el ejercicio del voto no implica que el sufragio sea algo «malo», explicó la abogada de la ONG, pero sí es un llamado de atención para las autoridades electorales. La renovación profunda y acorde a la institucionalidad democrática es, según ella, una necesidad.

Entre los problemas que alimentan la falta de confianza en los votantes, está la criminalización de organizaciones políticas que son perseguidas y reprimidas. «El ecosistema de los partidos está sumamente disminuido», señaló. Esa falta ha causado que la oferta no sea variada y los votantes desconfíen de quienes compiten.

Un caso que demuestra la falta de certeza es el de Valentina Villalobos, estudiante universitaria de 22 años. «Uno empieza a replantearse si realmente tenemos futuro en este país», dijo la joven zuliana. Para ella ha sido decepcionante y desalentador que las actas del 28 de julio no sean reconocidas por el CNE.

La ONG dedicada al ámbito electoral ha registrado cómo, dentro de algunas universidades de Venezuela, hay patrullas a las afueras y los estudiantes son sometidos a cacheos aleatorios por los funcionarios. Esta situación preocupa y genera dudas en las comunidades universitarias.

Pese al panorama adverso y la intimidación que hay en las casas de estudio, algunos estudiantes, como Josué Ferrer, piensan que no se debe renunciar al sufragio. «Aunque la oposición no esté animando a votar, creo que se debería luchar para no ponerle las cosas tan fáciles a la otra parte», aseguró el zuliano de 23 años.


Hay zonas donde se considera que votar es la mejor opción, sobre todo a nivel comunitario, debido a la idea de no ceder espacios

Coordinadora de una ONG enfocada en la participación ciudadana

José es uno de los ciudadanos que, pese a lo ocurrido la elección presidencial y en el período postelectoral, está dispuesto a votar. «Soy partidario de no ceder espacios», reconoció el joven maracucho de 22 años, tras recordar que en el estado donde vive (Zulia) hubo abstención en un proceso que ganó el oficialismo.

Aunque su postura dista de la de otros jóvenes venezolanos, le exige lo mismo que ellos al CNE: «debe haber transparencia en los resultados del 28 de julio». La ausencia de una publicación disgregada es algo que considera injusto ante la movilización ciudadana que ocurrió ese día.

Asimismo, el estudiante de Ingeniería afirmó que la posibilidad de un cambio fue lo que le motivó a votar en la elección presidencial. Ahora esa convicción es una incertidumbre: «no estoy motivado a participar de nuevo en unas elecciones el 27 de abril, pero dependiendo del candidato podría ir».

*Kevin, Maia y Sofía son seudónimos que se utilizaron para reservar la identidad de las personas que prefirieron declarar bajo anonimato en este reportaje.

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