Las psicólogas Paola Díaz y Skeilly Castellanos recomiendan respetar la decisión de los niños cuando se nieguen a abrazar o besar a alguien de su entorno, pues de lo contrario, estarían indicándoles que pueden recibir caricias o ser tocados en contra de su voluntad  

Abrir la puerta a temas que causan curiosidad en los niños o preguntas incómodas puede significar un gran reto para los padres, pero evadir conversaciones sobre educación sexual y los riesgos que implican trastornos, como la pedofilia, pueden exponerlos a ser víctimas de abusos. Según dos psicólogas infantiles consultadas por El Pitazo, la comunicación y la confianza en el hogar es clave para que los niños comuniquen lo que sienten sin miedo y sepan cómo actuar en un momento de peligro.

Para comenzar a hablar del cuidado y respeto del cuerpo y de los riesgos que pueden existir alrededor, la psicóloga infantil Skeilly Castellanos recomienda utilizar un lenguaje acorde con la edad del niño. Asegura que desde los tres años de edad, cuando se adquiere mayor independencia y movimiento, se les puede enseñar a asearse y, al mismo tiempo, aprovechar para explicarles sobre el cuidado de sus partes íntimas, como el pene o la vagina.

“A los niños debemos decirles que solo mamá, papá y el médico, cuando sea necesario, pueden tocar sus partes privadas, y que el cuerpo se respeta, no se exhibe ni se permite que otras personas lo toquen de forma desagradable ni que lo observen”, asegura Castellanos.


A los niños debemos decirles que solo mamá, papá y el médico, cuando sea necesario, pueden tocar sus partes privadas, y que el cuerpo se respeta, no se exhibe ni se permite que otras personas lo toquen de forma desagradable ni que lo observen

Skeilly Castellanos, psicóloga infantil

Mientras el niño conoce su cuerpo y los nombres de cada parte, lo ideal es que los padres no pongan sobrenombres a las partes privadas para evitar confundirlos: “Otros adultos pueden darles un nombre diferente y los niños creerán que se trata de un juego, porque en su inocencia no notan las intenciones de los demás”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pedofilia es un trastorno sexual caracterizado por un patrón sostenido de excitación sexual, el cual se manifiesta a través de fantasías, pensamientos y deseos intensos o conductas sexuales que involucran a niños. Durante una entrevista publicada en la Red Nacional de Niñez y Adolescencia, en junio del año pasado, el director del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), Óscar Misle, aclaró que el pedófilo no consume el acto, y si ocurre, ya se estaría en presencia de un caso de pederastia.

El pedófilo puede ser alguien del entorno o una persona que atrape la atención del niño a través de redes sociales o juegos. Y esto también debe comunicársele al menor de edad. En ese sentido, Paola Díaz, psicóloga especialista en niños y adolescentes, señala que la herramienta virtual les permite un espacio de entretenimiento, sobre todo en este momento de cuarentena por el COVID-19, pero debe ser supervisado por los padres o cuidadores.

“Hay que estar atentos con las aplicaciones que utilizan, qué espacios frecuentan, y hablarles muy claro de los riesgos que pueden encontrarse, siempre usando un lenguaje claro y acorde. Las señales de que algo no va bien son temas de conversación que no tienen que ver con su edad, envío de fotos y personas que tratan de convencerlo de hacer algo que no está en él”, señala Díaz.  

Respetar cuando el niño dice “no”

Cuando están pequeños, es común que los padres les insistan a los niños para que abracen o den un beso a un familiar o amigo. Esto es un error, a juicio de Castellanos, quien destaca que si un menor de edad no quiere abrazar, se debe respetar la decisión; de lo contrario, los padres envían un mensaje equivocado: no importa que se sienta incómodo, se tiene que dejar abrazar y acariciar. En ese caso se está exponiendo al niño.

Sobre este punto, la psicóloga señala que las caricias positivas y negativas es otro tema que debe tratarse en casa, al igual que los secretos. Si hay alguien que los toca o insiste en darles un beso, aunque ellos no quieran, esto debe ser una alarma para los niños, que de inmediato deben comunicarlo a su mamá, al cuidador, a la maestra o a alguna autoridad que tengan cerca.

En el caso de los secretos, debe enseñárseles la diferencia entre secretos positivos, que implican, por ejemplo, una sorpresa para una persona muy querida, y los secretos negativos, que son los que utiliza el victimario para envolver al niño y pedirle que no comunique a sus padres lo que ocurre. 

Díaz apunta que el establecimiento de límites también es fundamental, que los niños sepan que pueden negarse a la invasión del espacio personal, pero si les cuesta decir que no, que lo comuniquen a mamá, papá o cuidador.


El mejor recurso ante un retraimiento es brindarles espacios de confianza para que se sientan seguros y sepan que mamá y papá están ahí para cuidarlos y protegerlos

Paola Díaz, psicóloga infantil

¿Cómo actúa un niño que está en peligro o fue abusado?

Díaz explica que los niños demuestran temores irracionales, comienzan a mojar la cama o tienen comportamientos sexuales excesivos cuando están en peligro. Por ejemplo, pueden mostrar conductas sexuales infantiles frente a adultos. También pueden presentar retraimiento social y malestar en sus zonas íntimas.

“El mejor recurso ante un retraimiento es brindarles espacios de confianza para que se sientan seguros y sepan que mamá y papá están ahí para cuidarlos y protegerlos”, asegura Díaz.

Por su parte, Castellanos recomienda a los padres recibir con naturalidad las inquietudes sobre el cuerpo y la sexualidad. “Si hay un gesto de desaprobación a partir de lo que los niños comentan, ellos van a sentir que están haciendo algo mal, y por vergüenza o para no incomodar, van a ocultar información. Mi recomendación es que luego de escucharlos les pregunten de dónde sacaron la información o qué los llevó a tener esa idea que comentan, y posteriormente explicarles”, resalta.

Cecodap aconseja denunciar los casos de acoso sexual ante el Ministerio Público o al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente, y recuerda que su organización cuenta con un servicio de atención psicológica gratuito y pueden comunicarse al +58-4242842359.  

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