La crispación política y la crisis económica y social del país elevó las demandas de la ciudadanía a un nivel más alto: la calle sin retorno. La oposición venezolana, tras el declive de un diálogo con el Gobierno, que no dio frutos, emprendió una hazaña que posiblemente pocos habrían pensado no duraría más de 90 días a pesar de la represión de los cuerpos de seguridad de Estado que se encargaron de neutralizar cada paso de los opositores. La escalada de protestas que iniciaron en abril, especialmente desde que el Tribunal Supremo de Justicia asumiera funciones del Poder Legislativo, para algunos especialistas se asemejan a los primeros acontecimientos que dieron origen a la denominada «Primavera Árabe», como históricamente se le conoce a las manifestaciones y alzamientos civiles que ocurrieron en los países del Medio Oriente y el norte de África entre 2011 y 2013, y que culminaron con la salida de gobiernos totalitarios que estuvieron por décadas en el poder.
ANÁLISIS | ¿Cien días de una primavera venezolana?
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