Caracas.- Las visitas al Centro Penitenciario Yare III, en el estado Miranda, se han convertido en un escenario de abusos para las madres y familiares de los detenidos, según denuncias recibidas por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Las víctimas aseguran que las requisas se han endurecido y convertido en actos de intimidación y humillación, tras las vigilias y concentraciones frente al Ministerio Público (MP) en demanda de justicia y la liberación de aquellos que fueron detenidos durante las protestas poselectorales.
Una madre, entre lágrimas, narró al OVP cómo las últimas revisiones fueron las más degradantes que ha vivido: «Fue horrible. Nos mandaron a desnudar, me pidieron abrir las piernas como si fuera a parir y la funcionaria alumbró mis partes íntimas con su celular mientras me exigía pujar. Me sentí violada, sin penetración».
Según las denunciantes, el director del penal, Ángel Castro, ridiculiza públicamente a las madres, las amenaza con revisar sus teléfonos y se burla de su participación en actos públicos y declaraciones a la prensa.
El director del OVP, Humberto Prado, considera estas acciones parte de una política estatal para sembrar miedo entre los familiares, buscando limitar su derecho a la protesta y la información. Prado denuncia que estas requisas constituyen violaciones graves a los derechos humanos.
«No hay autonomía de poderes en Venezuela. La Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público son cómplices de estas violaciones y crímenes de lesa humanidad», expresó Prado.
El OVP exige al MP abrir una investigación a Ángel Castro y su entorno por tratos crueles e inhumanos y solicita la liberación de todos los detenidos arbitrariamente en las protestas poselectorales. Además, insta al cese de prácticas abusivas que afectan gravemente la salud física y mental de los reclusos y sus familiares.
Con información de nota de prensa.