La natación sincronizada no fue la primera pasión en la vida de la venezolana Isis Sánchez, como ella misma confiesa. También comenzó a practicar “tarde”, a la edad de 13 años, para complacer a su padre, quien le pidió que probara la disciplina.
Antes de eso, se dedicó 10 años a la natación y a la gimnasia, pero ese cambio, que inicialmente sería por un mes, se convirtió en su nueva pasión y le abrió las puertas a la selección venezolana de nado sincronizado, cuando apenas tenía un año de experiencia.
“Solo pensé en hacerlo durante un mes para que mi padre viera que no desperdiciaba la oportunidad. Sin embargo, cuando comencé me pareció fascinante. Es un deporte que no solo es nadar, también se mezclan muchas cosas: baile, natación, destreza, gimnasia, todo en un mismo deporte. Me cautivó totalmente y terminé quedándome”, dijo a la Voz de América.
Médico venezolano que atiende «emergencias creativas» fue seleccionado para una misión en la NASA
Desde que se unió a la selección venezolana ha perfeccionado mucho más su técnica, tanto que años después pudo convertirse en instructora.
Ahora, la venezolana entrena atletas con síndrome de Down en los Estados Unidos, y fue parte importante en la creación de una categoría para estas personas en competencias de alto nivel.
Actualmente, imparte clases al grupo de nado sincronizado para competencias en diferentes estados del país. Su trabajo la llena de orgullo y dice que es una inspiración. Por eso, la venezolana aspira a seguir entrenando a más personas con Síndrome de Down. No solo para transmitir sus conocimientos, sino para inculcarles que son capaces de lograr cualquier cosa que se propongan y que su condición no es una limitación.
“Quiero seguir inspirando a las personas a creer en sí mismas, independientemente de cualquier discapacidad que puedan tener”, concluyó.