Han transcurrido tres meses desde que aparecieron en el Hospital Raúl Leoni de San Félix, estado Bolívar, las primeras denuncias sobre casos de sarampión. La enfermedad, viral y altamente contagiosa, comenzó a propagarse en 11 parroquias del municipio Caroní desde el mes de abril sin que el Ministerio de Salud haya dado a conocer los casos, ni la frecuencia del contagio. Lo que se conoce de la propagación, se ha obtenido por otras vías, mientras que médicos de organizaciones e instituciones sanitarias aseguran que el ministerio mantiene engavetada la información sobre la incidencia de la enfermedad.
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Especialistas como José Félix Oletta y Ana Carvajal, ambos integrantes de la recién creada Alianza Venezolana por la Salud, saben que el costo del hermetismo oficial no solo ensombrece todo intento de planificación sanitaria y estrategias de prevención, sino también se traduce en el incremento de más casos.
Para Carvajal, la práctica reiterada del Ministerio de Salud de ocultar o manejar la información con discreción solo refleja la debilidad de las autoridades para garantizar una vigilancia epidemiológica efectiva, como admitió el Distrito Sanitario N° 2 del municipio Caroní del estado Bolívar, el pasado 19 de septiembre, cuando dijeron que esa vigilancia había sido descuidada desde el 19 de marzo al 17 de junio de 2017.
“El país presenta fallas en el sistema de vigilancia y el Ministerio de Salud no informa a tiempo a la población, y eso es peor por las consecuencias que ocasiona. El ministerio repite con el sarampión el mismo patrón que se percibió cuando aparecieron casos de gripe H1N1, chikunguya y zika”, resalta.
Oletta va más allá: con el silencio, evidenciado con la no publicación de los boletines epidemiológicos semanales que contienen información sobre el comportamiento de las principales enfermedades de obligatoria notificación, el Gobierno pretende ocultar, a su modo de ver, el “fracaso” de sus políticas sanitarias. “El Ministerio de Salud ha mostrado su incapacidad para resolver y atender el aumento de epidemias que en el pasado fueron erradicadas”, sostiene convencido al mencionar el auge de la malaria y la difteria.