Caracas.- El regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos genera no pocas incertidumbres en diversos temas políticos y económicos globales. En Venezuela, la coalición gobernante que lidera Nicolás Maduro espera que en el nuevo mandato de Trump las relaciones no sean más problemáticas que en el pasado.
Pero la aspiración del oficialismo luce más que ambiciosa luego de que Maduro se juramentara para un nuevo período presidencial el 10 de enero sin que el CNE publicara los resultados detallados, desglosados por mesa y centro de votación, de la elección presidencial del 28 de julio.
Para el periodista y magíster en Ciencia Política, Alejandro Armas, el oficialismo apuesta por una especie de «borrón y cuenta nueva», como lo ha intentado en el pasado, para plantearle sus intenciones a Trump, quien en su nuevo mandato está decidido a deportar a millones de inmigrantes y también delincuentes de grupos criminales y bandas delictivas.
«Esa es la intención de la élite gobernante: tender puentes con el nuevo Gobierno de Estados Unidos, lo cual no es nuevo, ya que a ellos les convendría muchísimo más tener relaciones cordiales con EE. UU. luego de que Washington tomara medidas para presionar por una transición política en Venezuela. Esta vez la forma de plantearle sus intenciones a EE. UU. es con aquello que a Trump le interesa muchísimo: el tema migratorio en su país», apuntó Armas a El Pitazo vía telefónica.
Enviado especial de Trump prevé inicio de reuniones tras conversaciones con el oficialismo
A pocos días de la juramentación de Trump, el canciller de la administración de Maduro, Yván Gil, manifestó que la economía venezolana «continúa en crecimiento» y «abre sus puertas a los venezolanos y venezolanas que regresan al país tras haber migrado debido al bloqueo imperialista».
Pese a que en un principio el oficialismo trató con desdeño la realidad de la diáspora venezolana que conforman más de 7,7 millones de venezolanos -un rasgo de la era del sucesor de Hugo Chávez-, el propio Maduro también se ha referido en diversas ocasiones a la migración venezolana, pero no en los términos de la crisis que implica esa realidad dentro y fuera de Venezuela.
«Trump quiere deportar gente y, en teoría, no puede enviar a esas personas a Venezuela porque no hay relaciones diplomáticas. Acá lo que le están diciendo a Trump es que se puede llegar a un entendimiento: nosotros podemos recibir a esa gente que ustedes dicen que les están dando problemas allá. Ese es el ángulo por el que están tratando de mostrarse abiertos a un acuerdo con Trump. ¿Tendrán éxito? No lo sé», añadió Armas.
Encuadre narrativo
Trump prevé incluir en la lista de organizaciones y grupos terroristas a la banda delictiva transnacional Tren de Aragua mientras mantiene su cautela en lo que respecta a la crisis política y electoral en Venezuela. En el oficialismo, el considerado número dos, el ministro de Interior y Justicia, primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, dijo que apoya a Trump en su decisión.
«Estamos de acuerdo. Lo apoyamos, Trump; oyó. Y aprovechamos para decirle que tiene a los socios del Tren de Aragua en Estados Unidos. Allá los tienen», dijo Cabello el miércoles en su programa televisivo semanal.
«El chavismo ha optado por intentar explotar ese flanco dado por Trump de evitar hablar sobre temas políticos con relación a Venezuela y ceñirse al tema migratorio y de esta designación del Tren de Aragua como organización terrorista. El chavismo está intentando decirle a EE. UU.: tengo el control del país y puedes negociar conmigo estas cosas, mientras tanto yo puedo mantener el poder», resalta a El Pitazo, vía telefónica, el internacionalista y consultor político, Luis Peche.
Trump declarará terrorista a la banda Tren de Aragua
El mismo día de la juramentación de Trump, cuando el mandatario estadounidense enfatizó sus objetivos inmediatos en cuanto a lo que considera son temas cruciales para la seguridad nacional estadounidense, el Ministerio Público que lidera el fiscal Tarek William Saab, expresó su disposición a retomar la «cooperación penal» con Estados Unidos y aseguró que en Venezuela la banda delictiva Tren de Aragua había sido desmantelada.
Costo político
Un hecho llamativo que ocurrió el mismo día de la juramentación de Trump fue una publicación del enviado de Trump para misiones especiales, y ya conocido por el oficialismo, Richard Grenell, quien en la red social X divulgó que ese mismo día había establecido contacto con funcionarios en Venezuela.
«No habían pasado ni 10 minutos de la jura del nuevo mandatario, cuando el nuevo enviado especial para Venezuela anunció públicamente que ya estaba estableciendo comunicación con funcionarios del Gobierno de Venezuela. Bueno, el Gobierno de Venezuela para el mundo entero es Nicolás Maduro Moros», dijo Cabello en uno de los segmentos de su programa el miércoles.
De acuerdo con Peche, no será fácil para Estados Unidos apartar los temas vinculados con la democracia «porque también hay un costo político grande para EE. UU. en hacerse de la vista gorda con lo sucedido el 28 de julio» y la crisis de DD. HH. en Venezuela. «Hay una tensión, unos polos que están buscando imponerse y jugar ese doble juego por parte de EE. UU.».
Richard Grenell, el enviado de Trump que se reunirá con funcionarios de Venezuela
El director de la consultora Sala 58 agrega que no se puede sacar de la ecuación política y estratégica de EE. UU. el ala del Partido Republicano que «evidentemente está comprometida con la causa venezolana», liderada por quien es hoy el secretario de Estado, Marco Rubio, quien se reunió el miércoles de forma virtual con María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
«Pareciera que más bien están buscando recorrer los dos caminos y ver cuál es el más efectivo, lo que no quiere decir que vayan a ejecutar una política de acercamiento total hacia Maduro, porque al final tienen que evaluar costos y beneficios», agregó Peche sobre lo que reflejan hasta ahora las acciones del nuevo gobierno estadounidense.
Según Armas, Trump es un político «muy errático» e «impredecible», pero sus nombramientos para ciertos cargos en los puntos neurálgicos de su gobierno «reducen la probabilidad» de que el plan del oficialismo para propiciar acuerdos con Trump tenga éxito, en medio de una crisis política y electoral en Venezuela.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR