La historiadora e investigadora María Soledad Hernández destacó la trascendencia que también tuvo la organización, en menos de un año, de las elecciones de 1958
En 1958 Venezuela pasó de estar sumida en diez años de dictadura a establecer las bases de un proceso democrático que duró décadas. El 23 de enero es la fecha en la que, hace 67 años, los sectores de todo el país se juntaron para consolidar un paso clave hacia la democracia: derrocar al régimen de Marcos Pérez Jiménez.
La trascendencia de este hecho no solo está en la unión e impronta de los actores políticos, la Fuerza Armada Nacional (FAN), la Iglesia y la sociedad civil, sino también por su impacto regional. Con Latinoamérica llena de dictadores, Venezuela allanó el camino para el surgimiento progresivo de los gobiernos democráticos.
Unidad al pensar y sentir
Los venezolanos no eran ajenos a las dictaduras militares cuando llegó Pérez Jiménez. Por ejemplo, desde finales del siglo XIX, soportaron 36 años a Cipriano Castro (1899-1908) y Juan Vicente Gómez (1908-1935). Incluso, superados esos dos regímenes, los generales Eleazar López Contreras (1935-1941) e Isaías Medina Angarita (1941-1945) también estuvieron al frente del poder.
En este sentido, el abogado y magíster en Gerencia Política e Historia de Venezuela, Óscar Arnal, especificó a El Pitazo que, salvo por el Trienio (1945-1948) y los nueve meses de presidencia de Rómulo Gallegos en 1948, el país había sido gobernado por militares. Ese año otro general volvió a ejercer un régimen dictatorial.
«La dictadura comienza el 24 de noviembre de 1948. Se habla de que Pérez Jiménez maneja el poder desde 1952, pero en la práctica es quien diez años antes está detrás de él y representa a la fuerza armada del país», añadió la investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas, María Soledad Hernández, al ser consultada por este medio.


Hubo una unidad importante en los actores principales, hablamos incluso de la misma institución armada que no estaba apoyando totalmente al régimen
María Soledad Hernández, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas, acerca del 23 de enero de 1958
Tras casi una década de censura a la prensa, de persecución política y violaciones de derechos humanos, el régimen comenzó a mostrar sus costuras. La caída de los precios del petróleo en 1957 derivó en la aparición de problemas financieros. Estas deudas redujeron la sostenibilidad de la dictadura.
A partir de ese año, recordó la historiadora Hernández, hubo una matriz de opinión con la que coincidieron las esferas del país. El 1 de mayo la Carta Pastoral del arzobispo de Caracas, monseñor Rafael Arias Blanco, sirvió como un acto de empatía y reflexión nacional al abordar y denunciar las dificultades de los trabajadores venezolanos.
En junio se creó la Junta Patriótica conformada inicialmente por Unión Republicana Democrática (URD) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Luego se integraron el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei) y Acción Democrática (AD). A la Iglesia y la sociedad civil, representada por los empresarios y las cámaras de comercio, se le sumaron los políticos.
«Hubo una unidad importante en los actores principales, hablamos incluso de la misma institución armada que no estaba apoyando totalmente al régimen», agregó la profesora de las escuelas de Letras y Filosofía de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
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En medio de los puntos de encuentro de todos los sectores y en la recta final de su período presidencial, Pérez Jiménez decidió que su continuidad fuese decidida en un plebiscito y no en unas elecciones como lo establecía la Constitución de 1953. El 15 de diciembre se hizo la consulta, cuyo resultado de 86,7 % a favor del dictador, fue calificado como un fraude por el país.
«Esa unidad manifiesta se hizo sentir los primeros días del mes de enero hasta el desenlace con la huida del dictador en la madrugada del 23 de enero de 1958», dijo Hernández, luego de recordar el sobrevuelo de aviones en Caracas durante el 1 de enero de ese año, una antesala del fin de la dictadura.
Por su parte, Arnal aseguró que el «cambio se veía en el horizonte» y se produjo ese 23 de enero, que significó «dejar atrás todo el caudillismo, el militarismo» que había dominado Venezuela.
Un movimiento vigente a sus 67 años
La caída de Pérez Jiménez fue un hecho que tradujo la forma de pensar y sentir de los venezolanos, pero debía consolidarse con un proceso democrático. Por eso los actores políticos en 1958 dejaron de lado sus intereses individuales para priorizar el bienestar nacional.
«Es innegable la importancia y el valor que tiene un movimiento con las características del 23 de enero. Un país que logró, en un año, organizar un proceso libre, democrático, que fueron las elecciones de diciembre de 1958», puntualizó Hernández.
La profesora, si bien aclaró que la historia trabaja en función de los hechos, no compara y, por lo tanto, es complicado establecer semejanzas en contexto disímiles, destacó la vigencia que tienen estos sucesos 67 años después.
«Hay muchísimos aspectos que nos pueden ayudar a entender cuándo un hecho tan importante en la historia venezolana trasciende en función de sus elementos», afirmó. Las adversidades que superaron los venezolanos y lo que terminaron construyendo reflejan lo significativo de este proceso.


Esa unidad manifiesta se hizo sentir los primeros días del mes de enero hasta el desenlace con la huida del dictador en la madrugada del 23 de enero de 1958
María Soledad Hernández, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas, acerca del 23 de enero de 1958
Desde el inicio de la dictadura perezjimenista, hubo un aparato represivo que estuvo muy orientado a los medios de comunicación. La prensa escrita y la radio se vieron opacadas por la imposición de una prensa y radio oficial, cuya protagonista era la censura que el régimen utilizaba como medio de control de la opinión pública.
Esa falta de libertad de expresión se extendió a los partidos políticos. AD, PCV y URD fueron ilegalizados y tuvieron que actuar desde la clandestinidad, mientras que Copei ejerció la oposición, con limitaciones, en la Asamblea Nacional.
«La represión estimuló a ‘la comunicación clandestina’, que se estableció y desarrolló por la imposibilidad que tenían los medios de trabajar de manera directa y abierta», explicó la investigadora.
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Pérez Jiménez se veía como un «intumbable», recordó Arnal. Los mecanismos que tenía para sostener el poder le hacían creer que su dictadura no caería. Por eso el profesor consideró que allí está la vigencia del hecho, en esa unidad nacional que llevó a todo el país a derrocar a un dictador.
«Ese hecho está absolutamente vigente. Tiene que ver con todas las fuerzas. Lo que trajo esa agrupación de factores especialmente civiles, militares e institucionales, es que se dieron cuenta que había que cumplir la Constitución y la ley», subrayó.
Pese a las restricciones, los venezolanos se juntaron para enrumbar al país hacia una senda democrática que inició en 1958. Las fuerzas políticas se articularon con la firma del Pacto de Puntofijo a finales de octubre y al celebrar elecciones en diciembre.
Consolidación democrática
En 1961 se promulgó y publicó la Constitución que sirvió de marco normativo para la democracia de los siguientes 37 años, un sistema que estuvo entre los más sólidos de Latinoamérica en la segunda mitad del siglo pasado.
«Creo que el elemento más importante es el compás que se abrió hacia los gobiernos democráticos, civiles, en una América Latina rodeada de dictadores. Eso es un valor fundamental», recalcó la investigadora Hernández.


Es innegable la importancia y el valor que tiene un movimiento con las características del 23 de enero. Un país que logró, en un año, organizarlas elecciones de diciembre de 1958
María Soledad Hernández, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas, acerca del 23 de enero de 1958
Para sostener esa democracia, Arnal explicó que la Carta Magna se caracterizó por ser profunda desde todo punto de vista. En esta se permitió la alternancia en el poder, así como también otorgó amplios derechos civiles y humanos a los ciudadanos. Además, se estructuró para que hubiera independencia y limitaciones en los poderes públicos del Estado.
El profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Central de Venezuela (UCV) destacó que el consenso que hubo en torno a la Constitución le ha permitido ser la de más larga duración en el país, ya que su espíritu de unidad prevaleció en su formación, consolidación y cumplimiento.
«Significó la unión del país, que veía hacia adelante y que no quería volver a mirar a esas historias de traumas, de violencia y de gobiernos de facto que precedieron», enfatizó el abogado.