Por Damary Díaz*
Freites.- Funcionarios de la Unidad Especial de Contraterrorismo y Subversión de la Policía Nacional Bolivariana clausuraron una toma ilegal de combustible. El hecho ocurrió el sábado 20 de mayo en un área rural del municipio Pedro María Freites del estado Anzoátegui, suroriente de Venezuela.
Según lo reseñado por el diario regional Primicias Uno, los uniformados hallaron la toma clandestina a la altura del caserío San Antonio de Guanipa. Esto mediante labores de patrullaje por las principales instalaciones y activos pertenecientes al Área de Producción Especial de la Faja Petrolífera del Orinoco (Fapo) División Ayacucho.
En la inspección, encontraron un tubo de una pulgada de diámetro y 120 metros de largo, aproximadamente. Al mismo tiempo, una llave acoplada para extraer combustible. La toma provenía del poliducto Sisor de la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
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De acuerdo con información policial, funcionaba un aparente centro para surtido y acopio de combustible, pues se incautaron envases y tambores de plástico con 520 litros de gasolina en total. Este hallazgo no dejó personas detenidas.
El material recolectado en el sitio fue trasladado hasta la sede del Servicio Especial de Policía Nacional para notificar al Ministerio Público.
30 tomas ilegales de gasolina
La semana pasada, el Diario El Tigrense informó que efectivos de la Fuerza Armada Nacional y Pdvsa cerraron cuatro tomas ilegales de combustible. Esto fue en el poliducto que viene de la planta de refinación en Puerto la Cruz, hasta la planta de distribución de San Tomé, en la comunidad indígena de Kashama.
De esta manera, completaron al menos 30 tomas clandestinas en territorios de pueblos originarios de Freites. Las autoridades indicaron que las aberturas en tuberías impiden el flujo correcto de la gasolina y causan desabastecimiento en áreas cercanas.
Tal es el caso del municipio Simón Rodríguez, donde las colas de vehículos superan los dos días de permanencia en las estaciones de servicio. Esta es una de las zonas más afectadas por fallas en la distribución.
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Miguel Carreño, conductor, llegó el sábado a la cola formada en la bomba Peñalver de El Tigre, conocida como Mario Cervi. El lunes 22 fue cuando logró llenar el tanque de su vehículo con 40 litros, contó a El Pitazo, el martes 23.
Carreño dijo que las gandolas cisternas despachan gasolina al concesionario diariamente. Sin embargo, a veces, se demoran tres días en llegar y por lo general surten a 100 carros. «La cantidad depende de los carros adicionales que ellos (dueños de la bomba) meten», afirmó.
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Por lo general, ese tipo de autos son unidades de los cuerpos de seguridad, bomberos, ambulancias, personal médico y «algunos que entran por amiguismo», expresó Carreño. Agregó que, aparte, en las gasolineras priorizan la atención de grupos motorizados y esto aumenta el retraso.
*Programa de Formación Nuevos Periodistas