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viernes, 29 marzo, 2024

Prolina: ¿el aminoácido causante de la depresión?

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Por: Paulino Betancourt

Un creciente número de artículos científicos vincula al microbioma intestinal con los síntomas de la depresión. Sin embargo, muchos de los estudios sobre esta relación solo vincula ciertas poblaciones bacterianas o dietas con el trastorno depresivo severo, lo que deja dudas sobre los mecanismos de cómo los microbios intestinales podrían influir en el trastorno depresivo.

La reciente investigación publicada en Cell Metabolism (https://doi.org/10.1016/j.cmet.2022.04.001) da un paso importante para llenar esos vacíos, demostrando que en algunos animales existe una relación causal entre el riesgo de sufrir depresión y los altos niveles del aminoácido prolina. La prolina es un aminoácido no esencial y se encuentra en la carne de res, el pollo, la gelatina, el hígado y las yemas de huevo.

Los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas. Cuando una persona consume alimentos que contienen proteínas, el sistema digestivo los descompone. Para llevar a cabo funciones corporales, el cuerpo combina los aminoácidos de diferentes maneras. Hay 20 aminoácidos diferentes, de los cuales 9 se consideran esenciales porque el cuerpo no los puede producir y deben provenir de los alimentos.

Una investigación anterior (https://www.science.org/doi/full/10.1126/sciadv.aba8555) había determinado que la prolina parece desempeñar un papel en el trastorno depresivo, pero “encontramos niveles elevados no solo en casos de depresión severa sino también en sujetos con depresión moderada”, dijeron los autores. Sin embargo, la gravedad de los síntomas se correlacionó con la presencia de prolina en los pacientes.

Para determinar esto se compararon las respuestas de las personas al llenar un cuestionario de consumo de alimentos. De todos los nutrientes dietéticos del cuestionario, el que más se asoció con los rasgos depresivos fue precisamente la prolina. Los análisis de sangre en los mismos participantes reafirmaron la correlación entre la prolina y los rasgos depresivos. Sin embargo, surgieron algunas discrepancias dentro de los datos que exigieron una mirada más cercana. No todos los sujetos con un aumento de prolina en la dieta tenían un incremento de prolina en el plasma, lo que sugiere que estaba involucrado algún factor aún por descubrir.

En busca de esa explicación, los investigadores estudiaron la composición del microbioma de los participantes. Entonces, ¿cómo influye el microbioma intestinal en la depresión? Para determinar si existe un vínculo directo entre la prolina y la depresión, los investigadores estudiaron diez ratones con una dieta estándar y a otros 10 con una dieta suplementada con prolina, luego los sometieron a factores estresantes que generalmente se usan para desencadenar comportamientos similares a la depresión. Después de seis semanas, el grupo experimental tenía niveles significativamente más altos de prolina circulando en su plasma sanguíneo y exhibió más signos de conductas depresivas, como falta de interés en el agua azucarada y disminución de la movilidad.

Adicionalmente, para determinar cómo podría intervenir el microbioma, los investigadores tomaron muestras fecales de 20 voluntarios humanos con depresión y transfirieron los microorganismos presentes en las heces, a los ratones. Los investigadores encontraron que la respuesta de los ratones se correlacionó con el comportamiento depresivo y, por lo tanto, con los niveles de prolina de sus donantes humanos, así como con la mezcla de microbios que residen en sus intestinos. Los datos demostraron que una microbiota particular metaboliza la prolina y es fundamental para desarrollar síntomas más o menos depresivos.

Estos resultados demuestran la importancia de la prolina y su influencia en el trastorno depresivo de las personas, que hasta el momento no se había tenido en cuenta. Además, el estudio también abre el camino para que nuevas investigaciones propongan posibles tratamientos para la depresión, basados en la dieta. Usar animales es un comienzo. Pueden ayudarnos a comprender el impacto del microbioma en la función cerebral, pero eso no significa necesariamente que se comportará de la misma manera en los humanos. En el futuro, será importante probar, por ejemplo, si las dietas con diferentes contenidos de prolina podrían influir en la sintomatología depresiva, mejorando la calidad de vida de las personas.


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat

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