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miércoles, 4 diciembre, 2024

Me despido de País Pasarela

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En los últimos años, dentro, pero sobre todo fuera del país, surgieron los contenidos que han llenado las barrigas hambrientas de la identidad de la diáspora. Nacieron también nuevas figuras de internet, hasta influencers que hubiésemos preferido no tener. Yo los iba viendo y contando cada sábado, de manera crítica (espero), en esta columna: País Pasarela, que hoy llega a su fin.

Por: Leonor Suárez

País Pasarela comenzó como un arrebato, una pregunta: ¿alguien más está viendo esto? El mundo se hizo más digital durante la pandemia, sí; pero Venezuela se quedó conectada, y los números no hicieron otra cosa que demostrar la presencia de una audiencia venezolana masiva, si no pregúntenle a Servando y Florentino o Voz Veis

Se hizo evidente entonces. Y en los últimos años, dentro, pero sobre todo fuera del país, surgieron los contenidos que han llenado las barrigas hambrientas de la identidad de la diáspora. Un pódcast con tres venezolanos en México hablando de… nada; webshows de artistas emborrachándose en cámara; artistas haciendo Free Covers desde Miami, entrevistas (cientos) con figuras de la televisión venezolana “reencontrándose” con su público de manera virtual.

Nacieron también nuevas figuras de internet, hasta influencers que hubiésemos preferido no tener. El entretenimiento con acento venezolano se hizo espacio en internet alrededor de una diáspora cada vez más conectada. Yo los iba viendo y contando cada sábado, de manera crítica (espero), en esta columna: País Pasarela.

En 40 columnas, y durante 15 meses, Leonor Suárez nos entregó cada sábado, desde País Pasarela, una visión diferente, crítica, de ese nuevo venezolano que como migrante intentaba reconstruir una Venezuela; buscó entenderla desde lo lejos y reinterpretarla.

Trataba de organizar el naciente ecosistema del entretenimiento venezolano, al tiempo que buscaba atisbos de nuestro carácter, de la cultura que se redefinía o se reencontraba a través del drama de la emigración. 

Tanto fue el éxito digital de los formatos con acento venezolano, que en 2023 Venevision intentó capitalizarlo. El canal reactivó la producción nacional con un elenco de estrellas de los años dorados de la televisión (en su mayoría traídas del exterior). De Dramáticas, una serie que quisieron llamar dramedy y que se estrenó en octubre de 2023, no quedó mucha estela. Sí quedó, sin embargo, la muestra de la desconexión de los canales tradicionales con el público nacional.

Mientras tanto, la audiencia de la diáspora recibió sedienta la propuesta de una película políticamente comprometida: Simón. El largometraje es un relato de la historia reciente del país con sede en Miami. Una producción de la diáspora para la diáspora que llegó a Netflix a mediados de este año. La aspiración de Venevisión la alcanzó un chico venezolano con estudios de cine en LA y su primera película. 

También alcanzó nuevas cimas el documental Una pauta peligrosa, que se estrenó en televisión estadounidense por la cadena pública PBS y dentro de uno de los formatos más reconocidos de periodismo documental Frontline.

La obra, dirigida por Juan Ravell, narró el esfuerzo periodístico de Roberto Deniz y el portal Armando.info para desenredar la maraña de corrupción liderada por Alex Saab en Venezuela.

No fueron pues las versiones “potables” de la realidad las que lograron el mayor éxito internacional y nuevas fronteras para la creación audiovisual venezolana. Por el contrario, han sido las narraciones más honestas, como el pódcast La cárcel no da risa, de José Rafael Guzmán, las que se han llevado reconocimientos más allá de las redes sociales. 

Finalmente nos estamos contando, pero sobre todo, nos estamos viendo. Honestamente, duramente. 

Desde aquel primer texto que nos invitaba a vernos, busqué señuelos que nos guiaran hacia una identidad más profunda y honesta. Desde entonces, en la música, Elena Rose le ha cantado a Caracas, Rawayana y Danny Ocean grabaron en San Martín, Canserbero fue declarado el mejor rapero de habla hispana por Rolling Stone y el venezolano se apropió del estandarte cultural (incluido el gobierno).

Desde aquellas primeras líneas, el rapero maracayero Akapellah pelea el liderazgo contemporáneo del hip hop en español (incluso contra un veterano Residente). Éramos. Somos. Un país roto que se derrama por sus grietas. Era necesario vernos. Entendernos. 

Eso está pasando y surgirán, estoy segura, más versiones honestas y sin adornos de nuestra realidad. Nuestra nueva cultura está siendo contada. Se ha cumplido el trayecto de País Pasarela, contar ese trayecto, el puente que nos ha traído hasta aquí. Hasta pronto

LEONOR CAROLINA SUÁREZ / X: @LeonorSuarez / Instagram: leocarosuarez

Estratega de contenidos, escritora y guionista radicada en EE UU. Licenciada Cum Laude en Derecho de la UCAB y máster en Comunicaciones de University of Florida. Cuenta con más de diez años de experiencia en periodismo digital y producción audiovisual. Fun fact: participó en Miss Venezuela 2004

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