La Reichsprotektor o la muerte de la autonomía universitaria

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Parece que el asunto viene en serio. A la ocupación de la universidad bajo el artilugio de la reconstrucción de infraestructura, luego de haberla destruido, parece seguirle la muerte de la autonomía. Nos luce que esa es la intención chavista con la designación de Jacqueline Farías como protectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Este personaje les ha brindado alguno que otro fruto en algunas gobernaciones y alcaldías al restarles potestades y funciones a quienes han conquistado esos cargos de manera legítima.

La ofensiva adquiere espíritu con la furtiva visita nocturna de Maduro. Como carne de la oscurana, vino de inspección de los avances de las reparaciones. Aprovechó para el anuncio.

Farías, egresada de la UCV, ya debe sentir todo el rechazo de la comunidad universitaria. Como Reichsprotektor, suponemos que será la encargada de dirigir y supervisar la vida universitaria. Esta figura, usada por los nazis en su ocupación de buena parte de Europa, les sirve. Querrán colocar un títere en el Rectorado, que siga a pie juntillas sus orientaciones. Un Philippe Pétain, pues.

Luce como parte de lo que estarían labrando como proyecto político internacional. El despotismo como forma de dominación luce acorde con los intereses chinos y rusos. Buscan reproducir, a su manera, lo que aliados importantes, como Turquía, Irán y Siria, practican en las universidades. Bajo influencia musulmana se legitiman las relaciones de producción que en nada se diferencian de las que imperan en los países de tradición cristiana.

Es justo reconocer que en las madrazas, institución milenaria, hubo relativa libertad para el desarrollo de las ciencias naturales al lado de la religión. La autonomía universitaria nace con el cristianismo, precisamente enfrentando las restricciones que impone la iglesia Católica al desarrollo de las ciencias. El gremio de los profesores y estudiantes, así como sectores de la curia, crean la institución. Mientras el mundo islámico vive la edad de oro, cuando prosperaron la civilización y la sabiduría islámicas, el mundo cristiano sufre el oscurantismo implacable de la patrística. La ciencia musulmana estaba inscrita en el concepto de la unicidad de dios, que permite su desarrollo. Alá parecía no entrar en contradicción con el desarrollo de las ciencias. En el cristianismo era diferente hasta que llegaron al convenimiento entre la razón y la fe, bajo el predominio de esta última, claro está.

La autonomía universitaria se convertirá en una institución fundamental para el desarrollo del conocimiento científico en el atrasado mundo cristiano. Esta es la base a partir de la cual se permitirá Europa un camino hacia los avances tecnológicos para la producción industrial. Pero de igual manera servirá la autonomía, ya en la modernidad, como refugio y santuario para la relativa libertad de pensamiento. De exposición de ideas diversas. Esto es, se convierte en una institución académica y política. En una de las principales para las libertades políticas.

La ocupación y la autonomía

Pensar que la autonomía será respetada en su sentido universal, será espacio para el encuentro de las distintas expresiones filosóficas, parece una ilusión bajo la ocupación con protectora incluida. Visto así, podemos suponer que vienen tiempos de confrontación y de posible avance de la oscurana. Todo dependerá de la resistencia que presenten los universitarios. La comunidad, sus egresados. La gente que valora la universidad como fuente de cultura. La que ha recibido la atención de alguno de sus integrantes y servicios.

Para esta ofensiva reivindican los chavistas, oportunista y distorsionadamente, las posiciones de Ernesto Guevara a propósito de la cuestión universitaria. Pero también lo hacen los otros anticomunistas, los del lado de la oposición. En ambos casos descontextualizan la mención del Che pretendiendo equiparar dos fenómenos político-sociales radicalmente distintos. La Cuba revolucionaria en tiempos de Guevara —que buscaba abrirse paso hacia la edificación de una sociedad socialista— requería adecuar la formación de profesionales en tal dirección. De allí que la idea de la planificación suponía orientaciones al sector universitario para articular la formación de trabajo humano calificado al desarrollo del país con base en nuevas relaciones sociales de producción. Proceso que al final resultó trunco, que derivó en otro resultado.

Lo que vive Venezuela es otra circunstancia. Acá se busca intervenir las universidades en otra dirección. Para nada hay algo parecido a desarrollo ni planificación. Los claros rasgos fascistas del régimen conducen a un mayor control de espacios de disidencia. Cerrar el paso a una de las instituciones en las que más se puede cultivar el pensamiento crítico les resulta una grata aventura.

Ambas posiciones anticomunistas guardan intenciones aviesas. Para nada se inscriben en la búsqueda de la verdad. Los primeros, bajo el disfraz socialista, con el cual bastante provecho han obtenido, presentan las palabras del Che para legitimar la tropelía. Los segundos, para cumplir con la tarea de crearle animadversión al comunismo y cerrarle el paso en los espacios universitarios.

Libertad de pensamiento, menos el del socialismo científico. Menos el marxismo, con todo y que sigue siendo una corriente de pensamiento que en las ciencias históricas es, al menos, una referencia obligada. Sin embargo, es lógico que así sea. Es que el marxismo es la crítica de las relaciones de producción bajo el imperio político de cualquier régimen. Aun de aquellos despóticos. De los revisionistas. Esto es, de los disfrazados de socialistas.

Por aquello de que la superestructura está al servicio de las relaciones sociales imperantes, la universidad pública difícilmente pueda hacer algo distinto, lo que le brinda mayor importancia a la autonomía para sembrar así la conciencia crítica. Y esto es fundamento del desarrollo científico en relación con todas las formas de expresión de la materia.

La renovación universitaria de 1968-1969 representa un hito en tal sentido. El orden hizo lo propio. Las tanquetas se hicieron presentes. Cerraron la UCV por varios meses. Aprobaron una nueva ley de universidades que limitaba la autonomía. Es que lo establecido no podía permitir que las ideas avanzadas, subversivas, se hicieran dominantes en una institución del Estado. Con todo, perduraron un tiempo. La renovación dejó huella profunda en la academia universitaria. Los contenidos programáticos se inscribieron en las ideas de desarrollo y progreso.

El chavismo, en vez de tanques de guerra, usa cientos de trabajadores de diversas empresas y del Gobierno para refaccionar la universidad. La ocupa. Designa una protectora. Clava sus garras sobre el campus, pero para nada ha penetrado el alma universitaria.

Por ello urge, para organizar y levantar la resistencia, la conformación de un frente nacional de defensa de la universidad autónoma y rechazo de la ocupación y su Reichsprotektor. Las autoridades, los gremios, los factores políticos democráticos deben conformarlo de manera perentoria. La ofensiva del Gobierno ha sido sin prisa, pero sin pausa. Pueden animarse a avanzar más en caso de que no observen freno a sus pretensiones.

Muchos de los egresados de la UCV que han dejado huella en el país se han marchado. La crisis y la eliminación de los sueldos han empujado a miles a migrar. Pero queda un sinnúmero de universitarios que bien pueden contribuir en favor de un frente en defensa de la universidad autónoma. Quedan muchos de quienes se forjaron en el espíritu del debate democrático.

Si bien las últimas décadas arropó a la UCV con esa oscura sombra del neoliberalismo, la globalización y el posmodernismo, difícil fue matar el espíritu crítico. Es que la universidad surge contra la oscurana y en favor de las aproximaciones a la verdad en todos los campos en que se expresa la materia. Seguro que muchos de quienes hicieron su formación universitaria y terminaron destacando en alguna rama del saber científico, la técnica y las artes, tendrán la disposición de ponerse al frente de este instrumento fundamental para la defensa de la universidad autónoma, democrática y popular. ¡Es la tarea del momento!

Carlos Hermoso es economista y doctor en ciencias sociales, profesor asociado de la Universidad Central de Venezuela. Dirigente político. @HermosoCarlosD

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