El síndrome del apego: acumuladores compulsivos

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Por: Paulino Betancourt

Los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos han surgido o empeorado para muchos durante la pandemia. Esto no es una sorpresa para los médicos y científicos, quienes han difundido una mayor cantidad de información referente a la salud mental. Pero, ¿qué efecto ha tenido la pandemia sobre otro problema común y a menudo mal entendido: la acumulación? El problema recibió atención por los medios, de manera más notoria, cuando las personas apilaron azúcar, toallas sanitarias, papel higiénico y desinfectante para manos en sus carritos de compras al comienzo de la pandemia, lo que llevó a algunas personas a preguntarse si ellos o un ser querido mostraban signos de trastorno de acumulación compulsiva. La respuesta corta es: probablemente no. El trastorno de acumulación va más allá del almacenamiento en caso de emergencia. 

Si bien se planifica la adquisición de bienes, la compra por pánico es una reacción impulsiva y temporal debido a la ansiedad causada por una crisis inminente. Los artículos, incluso si no son necesarios, se pueden comprar simplemente porque están disponibles en los estantes de las tiendas. La compra por pánico también puede incluir la obtención de enormes cantidades de un artículo en particular, en volúmenes que nunca serán necesarios o vaciar un estante de la tienda de ese artículo. A diferencia de aquellos con trastorno de acumulación compulsiva, los compradores y almacenadores por pánico pueden desechar algo que ya no se necesitan. Por lo general, una vez que ha pasado la crisis, pueden desprenderse de estos artículos fácilmente.

¿Cuál es la diferencia entre almacenar, comprar por pánico o acaparar? ¿Alguien que almacenó harina de maíz, tapabocas y alcohol en los primeros días de la pandemia desarrollará un trastorno de acumulación compulsiva? ¿O son, en cambio, planificadores racionales y reflexivos? Si bien estos términos a menudo se usan indistintamente, el almacenamiento planificado de productos y la compra por pánico no son síntomas del trastorno de acumulación. Tampoco son necesariamente el resultado de una condición psiquiátrica o psicológica. El almacenamiento de productos es un comportamiento normal que muchas personas practican en preparación para una escasez conocida o anticipada. El objetivo de este tipo de almacenamiento es crear una reserva en caso de que haya una necesidad futura. Por ejemplo, existen reportes del almacenamiento de bienes y alimentos desde la época de las guerras federales (siglo XIX) y algo de eso nos ha quedado a los venezolanos. Actualmente las personas que viven en ciertas zonas del país acumulan velas por los continuos cortes eléctricos. De manera similar, quienes pueden se abastecen de gasolina. 

Ahora bien, el trastorno de acumulación compulsiva es una enfermedad psicológica grave que podría estar afectando a más de 2 millones de adultos venezolanos. Aunque a menudo se le considera sensacionalista en la prensa como una rareza del comportamiento, la causa es una interacción compleja de factores psicológicos, biológicos y ambientales. Los médicos han conocido sobre el trastorno durante siglos, aunque solo fue reconocido formalmente por la comunidad psiquiátrica como una enfermedad en 2013.

El trastorno es crónico y suele durar toda la vida. Aunque los síntomas generalmente comienzan en la adolescencia, usualmente no se convierten en un problema hasta la edad adulta. Nadie sabe exactamente por qué el trastorno tarda tanto en manifestarse, tal vez a medida que envejecen las personas con síntomas de acumulación compulsiva, su capacidad para decidir qué descartar se vea cada vez más afectada. O pueden tener menos personas alrededor, como padres o cónyuges, para alentarlos a deshacerse de los artículos innecesarios. Aproximadamente el 8% de los adultos mayores de 60 años tienen un problema de acumulación, eso es casi una de cada 14 personas.


Ahora bien, el trastorno de acumulación compulsiva es una enfermedad psicológica grave que podría estar afectando a más de 2 millones de adultos venezolanos. Aunque a menudo se le considera sensacionalista en la prensa como una rareza del comportamiento, la causa es una interacción compleja de factores psicológicos, biológicos y ambientales

Paulino Betancourt

Contrariamente a la creencia popular, la característica definitoria del síndrome de acumulación compulsiva no tiene que ver con el desorden. En cambio, es la dificultad de descartar lo que ya no se necesita. Los artículos que se acumulan con mayor frecuencia son las pertenencias cotidianas: ropa, zapatos, herramientas y objetos como clavos y tornillos, artículos para el hogar, periódicos y revistas. Aquellos con el trastorno informan que se sienten indecisos sobre qué desechar o temen que el producto sea necesario en el futuro.

Este problema para deshacerse de objetos, incluso productos comunes como bolsas y recipientes de plástico, conduce inevitablemente a un estado generalizado de desorden. Con el tiempo, los espacios del hogar y de trabajo se vuelven inutilizables. Además de afectar los espacios de vida, la acumulación también causa problemas entre los cónyuges, entre padres e hijos y entre amigos. En el peor de los casos, la acumulación también puede afectar la capacidad para trabajar. 

El trastorno de acumulación compulsiva tiene un impacto sustancial en la salud pública, que incluye no solo la pérdida de días de trabajo, sino también un aumento de las tasas de enfermedades, depresión, ansiedad, riesgo de suicidio y deterioro cognitivo. Hasta la mitad de los que sufren de trastorno de acumulación compulsiva también sufrirán depresión y el 30% o más, desarrollarán un trastorno de ansiedad. Además, esta acumulación incontrolable en los hogares aumenta el riesgo de caídas, plagas o infestación de bichos, condiciones de vida inestable o insegura y dificultad para el cuidado personal. Puede que le sorprenda saber que hasta el 25% de las muertes por incendios en casas, se deben a la acumulación desproporcionada.

Este padecimiento, conocido también como síndrome de Díogenes, hace referencia a Diógenes de Sinope, filósofo griego, quien enseñó hasta el extremo sobre la independencia de las necesidades materiales. Se le da este nombre debido a que el filósofo solo llevaba consigo lo estrictamente necesario y las personas que sufren este síndrome, creen que todo lo que guardan será necesario en algún momento. Al final, vale recordar las enseñanzas budistas sobre el apego nocivo: “La raíz del sufrimiento es el apego”.


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.

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