El desarrollo va al ritmo de la banda ancha. ¿Cómo estamos en Venezuela?

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ANALÍTICA


Por: Heberto Alvarado Vallejo

Los números son contundentes: un aumento en el 10% de la penetración de la Banda Ancha tendrá un impacto positivo en el PIB de una nación, el cual podría subir, entre un 0,25 al 1,38%.

Si a las matemáticas nos remitimos, sacar una simple cuenta nos podría dar un ejemplo del ritmo de desarrollo y productividad que tienen algunas naciones del mundo o, por el contrario, el nivel de retraso y falta de competitividad que existe en otras sociedades.

En esta comparativa vemos que las naciones que tienen todo un ambiente positivo para el despliegue de internet de alta velocidad, son también las que ostentan los mejores niveles de desarrollo humano y económico del planeta.

¿Cuál es ese ambiente positivo para un saludable disfrute de Internet?  La respuesta requiere un análisis completo de varios fenómenos económicos, políticos y humanos. Comencemos. 

Lo primero que se debe decir es que las sociedades con más desarrollo económico y social, son también las que tienen las velocidades de internet más rápidas, más estables y más económicas.

Al ser sociedades más productivas, se habilita la inversión, se generan empleos de calidad y se estimula la competencia. Por consiguiente, habrá más despliegue de infraestructura, más oferta de servicios y mejores precios para adquirir un plan de internet de alta velocidad.

En países como Canadá, por ejemplo, el pago mensual de un servicio de Banda Ancha equivale a 7 minutos del trabajo mensual de sueldo de un trabajador con salario promedio. En este país el promedio de la velocidad de la banda ancha es de 40,2 Mbps. Y el salario promedio equivale a $3.700 al mes. En promedio el pago por hora de un canadiense es de 17 dólares.  

¿Pero es la banda ancha en Canadá costosa? ¿El pago lo respalda el alto poder adquisitivo? La respuesta es NO. El precio de la banda ancha para un servicios por encima de los 40 Mbps es de menos de 50 dólares. Muy similar a servicios menos rápidos y deficientes que se prestan en sociedades latinoamericanas.

La brecha digital sigue creando

Un estudio del proveedor de VPN Surf Shark ha descubierto que la Internet menos asequible del planeta también suele ser la peor. Según el Índice de Calidad de Vida Digital 2020 , los nigerianos tendrían que trabajar más de 33 horas con un salario promedio para poder pagar el contrato de banda ancha mensual más barato disponible en el país.

Muchos países de América Latina padecen el mismo problema.

Un estudio del sitio de comparación de precios Cable.co.uk divulgado el 15 de diciembre de 2020 revela que Argentina, Colombia y Brasil son los países latinoamericanos con los precios más accesibles al contratar internet de banda ancha fija. Según los datos recabados en noviembre y diciembre de 2020, Panamá, Honduras y Nicaragua son algunos de los mercados de la región donde es más caro contratar un paquete de internet fijo.

Los hogares colombianos, por ejemplo, tienen que desembolsar unos 25 dólares estadounidenses por mes para contar con banda ancha fija. Al otro lado de la frontera, los panameños pagan más del doble, unos 66 dólares mensuales, por el mismo servicio.

En México, el precio promedio se sitúa en 29 dólares, mientras que en Perú ronda los 40 dólares. Aún así, la cotización más accesible del continente se la lleva Argentina, donde el costo promedio de la banda ancha no supera los 20 dólares mensuales.

El caso venezolano

Lejos están los años que Venezuela ostentó los primeros lugares en América Latina de implementación y despliegue de Banda Ancha. En algún momento, cuando se ofrecían planes de 2Mbps, el país superó la media latinoamericana. Hacia 2006, Venezuela proyectaba instalaciones de Fibra Óptica en el hogar antes de culminar la primera década del siglo XXI.

Sin embargo, los planes de despliegue de la GRAN RED de fibra óptica quedaron en el olvido.  Como consecuencia, la oferta de internet en el país se estancó, hasta el punto que los mayores despliegues se realizaron a través de las redes móviles  que se vieron forzadas a atender una alta demanda, que en muchos casos sobrepasó las capacidades de la infraestructura levantada.

Al no haber una oferta fija que desahogue la demanda de los datos móviles, se saturan las redes y sus capacidades, por ende, se ven bastante limitadas.

Un estudio elaborado por Hootsuite colocó al internet móvil venezolano, en un promedio de de 7,48 megabytes por segundo (Mbps). El segundo más lento del mundo

Por su parte, las redes fijas, siguen estancadas. Los planes que se ofrecen y la calidad del servicio no compensan la necesidad y la alta demanda que el servicio tiene en el tiempo presente.

Una variable que debemos sumar es que buena parte de los servicios móviles son prepagos. Los altos precios de los planes hacen cuesta arriba el pago de un servicio mensual estandarizado. Es decir, cada quien paga el internet hasta donde le alcance el bolsillo.

Si promediamos el costo del internet móvil pospago los precios oscilan entre los 25 a 50 dólares mensuales. Un monto elevado, por velocidades que no alcanzan los picos ofrecidos por las redes 4G LTE de 21 mbps. 

Sin embargo, han sido la oferta más constante de los últimos 5 años y la cual ha soportado buena parte de la demanda de los consumidores que desean mejores velocidades de conexión.

Lo que corre en Maracaibo

En los últimos dos años la capital zuliana ha experimentado una transición interesante. Pasó de tener un deterioro alarmante de la oferta de internet fija por parte de los operadores CANTV, INTER, NET UNO, los cuales no pudieron sostener la infraestructura instalada con tarifas congeladas, que imposibilitaron el mantenimiento de las redes y mucho menos la expansión de la oferta. 

Luego del colapso, comenzaron a aparecer en el mercado ofertas interesantes que ofrecían internet satelital con velocidades bastante competitivas, sobre los 30 Mbps. Si bien el servicio e instalación de esta oferta era costoso para buena parte de los bolsillos, unos $150 la instalación y unos $30 el pago mensual para un servicio residencial, la oferta fue ampliándose. Por su parte, muchos consumidores adquirieron el servicio entre varias familias para compartir gastos. 

Esta oferta satelital apoyó buena parte del resurgir de un servicio competitivo en la capital zuliana. 

Posteriormente, llegaron los despliegues de fibra óptica. Dos operadoras, habilitadas por Conatel ofrecen el servicio en la ciudad, el cual, comienza a diversificarse con planes para el consumidor final e incluso corporativos.

Un servicio de fibra hasta el hogar en Maracaibo puede costar entre los $25 a $75 mensuales, para velocidades muy competitivas que van desde los 50 Mbps a los 800 Mbps.

La oferta no es -comparativamente hablando- competitiva con las de otras naciones latinoamericanas. 

Si consideramos el ingreso promedio de un venezolano, que oscila entre los $50 a $100 mensuales, un trabajador zuliano estaría pagando el 50% de su ingreso mensual solo para costear un plan de fibra óptica de entrada de unos 50 mbps por $25 al mes.

La oferta, si bien no es competitiva si se compara con otros mercados de la región, es lo suficientemente buena como para impulsar la productividad en la región.

Es muy necesario que los despliegues de fibra óptica que comienzan a ofrecerse en otras ciudades de Venezuela terminen de establecerse y del mismo modo, es necesario que el Gobierno, siga estimulando este tipo de despliegues que sin dudas impulsarán la productividad durante la próxima década.

En algún momento, si no existe alguna variable que frene esta tendencia, en Maracaibo podrían habilitarse más operadoras, se ampliará la infraestructura y se estimulará la competencia. Poco a poco, la oferta estimulará al mercado y el precio del servicio podría bajar.

También podemos deducir que si estas condiciones se mantienen, es inevitable una mejora en el ingreso promedio de los marabinos y así, poco a poco, podría alcanzarse un nivel competitivo.

Prepararse para el futuro

Recientemente el Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de Japón rompió el récord de transferencia de Internet al transmitir datos a 319 Tbps. Casi el doble de rápido que los 179 Tbps que un equipo de investigadores británicos y japoneses logró en agosto de 2020.

Para tener una idea, un Terabyte equivale a 1024 Gigabyte. Velocidades asombrosas, que si bien aún están en fase experimental, dejan claro cuál es el objetivo de estas sociedades: impulsar el desarrollo económico y humano de sus pueblos, y por ende garantizar su competitividad y vigencia en las próximas décadas.

El mundo, se prepara para unos 20 años de asombrosa evolución de los servicios digitales, los cuales estarán soportados por redes fijas y móviles robustas y sobre todo muy veloces. 

En Venezuela, así como el resto de América Latina, se hace necesario comprender lo estratégico que será llevar a nuestras sociedades a estos niveles de evolución tecnológica.

De no hacerlo en los próximos años, estaremos creando un abismo enorme que hará muy compleja nuestra inclusión en los niveles de desarrollo que estas sociedades quieren alcanzar.

Por eso, es de extrema importancia que las apuestas a despliegues de internet de alta velocidad sean planes estratégicos y a largo plazo, que fomenten la competencia y se aleje de los controles de precio, los cuales, demostraron ser devastadores para nuestras telecomunicaciones.


HEBERTO ALVARADO | @Heberto74 @Hormigadigital

Periodista, director de Hormigatv.com.

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