Por Angeyeimar Gil
El fin del año ha sido siempre un momento de reflexión de lo que ha pasado y de lo que aspiramos para el año venidero. No es difícil pensar qué esperamos para el próximo 2023, ni es tan exigente en tanto que ha sido tan poco lo alcanzado al cierre de 2022. La vara se acorta porque las penurias nos abrazaron todo 2022.
Pero si algo tiene la Navidad es su carga emotiva y supersticiosa, y casualmente esa característica también la tiene la humanidad en su deseo de supervivencia y de transformación del mundo. Es la renovación de la esperanza. Por eso, las familias hacen todos los esfuerzos porque estos días sean felices y emotivos, dotándolos de un toque de felicidad, aunque en esta Venezuela se hace cada vez más distante.
Un recuento de 2022 en el país muestra lo dramático que han sido sus 365 días. Y también la perfecta configuración del sistema capitalista, que mientras más capitalista es, más nítida la explotación y las diferencias humanas. Por un lado, el de la mayoría, que fue sometida a un año de devaluación, inflación, muerte, prisión, deterioro, injusticias, saqueo y robo de nuestro salario, migración, desilusión, violencias, suicidios y poca unidad. Por el otro lado, el de las minorías, cada vez más minoritarias, con cada vez más derroche de riquezas, fiestas, conciertos, negocios, importaciones, gastos excesivos, lujos y la más brutal indiferencia.
Esto hace que los deseos sean extremadamente positivos para los primeros, nacidos de la esperanza por un mundo mejor. La mayoría aspira al cambio, casi seguro, y sus deseos van a incluir mejores salarios, que sea suficiente para vivir, la recuperación de la economía y diversificación, libertad de los presos políticos, cambio de Gobierno y que frene la corrupción, en términos generales.
Navidad con carestía y presos políticos
Pero la lista de los segundos nace del miedo, de que nada cambie. No hay una ilusión real. Aspiran a que todo siga igual para sí. Para poder seguir saqueando, importando y estableciendo precios superiores al costo real de las mercancías.
Si nada cambia, no serán descubiertos en su estafa al pueblo venezolano. Podrán seguir disfrutando de las leyes del sistema capitalista con disfraz de enrojecimiento ilícito. Podrán seguir siendo de los que tienen, los que en ningún caso van a sufrir de tener que pasarse “al otro bando” de los que no tienen más que su fuerza de trabajo. Su deseo es que no haya unidad, ni fuerza en el pueblo trabajador. Que no se organicen y que no impulse el cambio.
Usted, ¿qué deseos incluyó en su lista?
Aunque los deseos no preñan, según la cultura popular, tener claro los deseos y la aspiración nos lleva a identificar qué cosas debemos hacer para alcanzarlos. No es desear por desear y tener un pensamiento metafísico, que por obra y gracia del espíritu santo los cambios se van a lograr. Mucho menos pueden aguardar el perfecto tiempo de dios. Pensar en sus deseos les permitirá saber en qué grupo social se encuentras. De esta manera tendrán claridad sobre el papel que le corresponderá jugar en 2023. Tener claridad de qué cosas hacer y con quién hacerlas para alcanzar los cambios soñados.
Si su lista incluye mejorar sus condiciones de vida, aumentar su salario y que la vida le permita trabajar y ser feliz, mantener a su familia y garantizar salud y educación, usted está en el bando de los trabajadores y desamparados. Del pueblo trabajador que lucha contra el statu quo, que se enfrenta al Poder, que pelea por conquistar sus derechos. Y ese movimiento tan natural para la vida y la humanidad hará tambalear las bases que soportan a los que no hacen nada, a los que roban y saquean al país, a los que quieren que nada cambie, porque están bien.
Si en su lista alguno de los deseos conlleva el cambio en las esferas del Poder, usted el año 2023 no podrá quedarse en su casa esperando que mágicamente el cambio se dé. Deberá hacer cosas para producir ese cambio. Deberá organizarse con quienes tienen deseos similares, porque esa unidad hará más fuerte su lucha y el resultado será más posible. Mientras más personas consiga con el mismo deseo, organice y actúen unidas, más posible será que en diciembre 2023 su reflexión suponga un logro y una emoción por la cual celebrar.
Si sus deseos son de bienestar para usted y su familia, salud, educación, vivienda con dignidad, usted forma parte de una clase social que se identifica con la exigencia del pueblo trabajador. Usted seguramente no está de acuerdo con la explotación, considera que el trabajo de cada persona debe conllevar a un salario correspondiente y que ese salario le permita vivir. Si dentro de su lista aparece que la democracia sea real y que todos podamos participar, y si además aspira al desarrollo del país con una economía diversificada, con productos hechos en Venezuela y con un Gobierno con ética y sentido nacional, sus deseos se parecen a los míos.
Por eso le cuento que nos toca arrancar 2023 luchando. Luchar por conquistar un mundo en el que el trabajo pueda permitir a las personas vivir con dignidad, para sí y su familia. Debemos participar más, incidir más y exigir más. Estos deseos son contrarios al sistema imperante. Usted está deseando un mundo diferente del mundo capitalista, aunque quiera dudarlo. Y podemos alcanzarlo. Pero solo si nos organizamos, hacemos conciencia de su importancia para la humanidad y luchamos con unidad. Es un deseo y una invitación. Feliz nuevo año y un 2023 de lucha y cambio.
ANGEYEIMAR GIL | @angeyeimar_gil
Docente de la Escuela de Trabajo Social de la UCV. Trabaja como investigadora en la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna)
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