Paraguachón.- A lo largo de varios meses de tensiones en los pasos internacionales, los ciudadanos que cruzan la frontera de Paraguachón viven una gran incongruencia, ya que, a pesar del cierre fronterizo impuesto por el cuestionado gobierno de Nicolás Maduro, durante el día han accedido por esta vía los peatones, mientras que en las noches este paso fronterizo es reabierto para los camiones de carga pesada autorizada por ambos Gobiernos.
Los pasos más utilizados por los comerciantes de las distintas ciudades del país son las diferentes trochas de esta región fronteriza. Entre las más conocidas están “La Ochenta” y “La Cortica”, de gran inseguridad, pero muchos se arriesgan por estos caminos verdes.
“En Paraguachón la situación ha sido más fácil, porque nosotros los wayúu no tenemos fronteras, pasamos a pie. Pero lo más triste es que muchos optan por utilizar las trochas para poder pasar sus cosas y vemos en la noche muchas gandolas del gobierno que entran y salen de las almacenadoras de la población de Guarero”, manifestó Manuel Morales.
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Por su parte, Juan Montiel, habitante de la Guajira, señaló que el paso peatonal siempre ha estado abierto. “El anuncio que hizo el presidente no tiene impacto en esta frontera, porque siempre pasamos por ahí y en tal caso utilizamos las trochas. El cierre ha generado desempleo, inseguridad y sufrimientos para los ciudadanos que buscan subsistir en medio de la crisis que se vive en nuestro país”, aseveró Montiel.
La población indígena ha sido tan marcada por este cierre de frontera que decretó el cuestionado Gobierno nacional en septiembre de 2015, que buscaron salida para seguir su rumbo en ambos países, ya que para el pueblo wayuu no existen fronteras. Hoy en día Paraguachón se convirtió en el canal para los ciudadanos que emigran en busca de empleo.