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jueves, 28 marzo, 2024

¿Quién es “Patalisa”, el esposo de la comerciante asesinada en Ciudad Ojeda?

Franklin Jiménez tiene 49 años y es dueño de varios comercios de alimentos y de la granja Nobleza Park, en la carretera Lara-Zulia. Su esposa Carolina Nader fue asesinada por hombres armados, el 5 de marzo, junto a su primo. Actualmente es uno de los 10 criminales más buscados por la Interpol en Venezuela

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Ciudad Ojeda.- Franklin José Jiménez Bracho, conocido como “Patalisa”, tiene 49 años y es un comerciante de Ciudad Ojeda, en el estado Zulia. Su esposa, Carolina Nader, de 31 años, fue asesinada por hombres armados, junto con su primo, William Sallam, cuando salían de su casa el viernes 5 de marzo de 2021.

El 4 de abril de ese año, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) señaló al empresario de ser el autor intelectual del doble homicidio. Por el hecho hay un detenido y las autoridades buscan a un expolicía involucrado.

Actualmente, “Patalisa”, tiene una alerta roja emitida por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y es uno de los 10 criminales más buscados en Venezuela por los delitos de extorsión, sicariato y tráfico de personas.

¿Quién es Franklin José Jiménez Bracho?

Jiménez Bracho nació el 9 de noviembre del año 1974, en el municipio Lagunillas, y residía en la urbanización Eleazar López Contreras, en la parroquia Alonso de Ojeda, junto a sus padres y seis hermanos. Es dueño de la granja Nobleza Park, en la carretera Lara-Zulia y al menos tres establecimientos en la zona. 

El equipo reporteril de El Pitazo envió un correo al centro turístico y llamó a distintos números telefónicos encontrados en sus redes sociales, el 10 de marzo de 2021. Pero al marcar al número local sonaba ocupado, mientras que el del celular estaba apagado. Con respecto al correo, Gmail informó que no identificaba la dirección. 

“Patalisa”, su sobrenombre, se relaciona en Venezuela con personas que se desvinculan de problemas y aparentan no estar involucrados, además de torpeza al realizar una acción determinada.

En el año 2009, el apodo de “Patalisa” comenzó a sonar en las calles de Ciudad Ojeda, zona petrolera de la Costa Oriental del Lago, por ser identificado como prestamista y utilizar las Tarjetas Electrónicas de Alimentación (TEA) de los trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) como aval o respaldo de pago.

La TEA es un beneficio asignado a los trabajadores activos y a jubilados de la industria petrolera como un bono de alimentación que reciben mensualmente por medio de un depósito en una tarjeta. En 2005, esta tarjeta sustituyó a los comisariatos, establecimientos comerciales donde el personal de Pdvsa compraba alimentos y otros productos para el hogar a precios subsidiados, pues era uno de los beneficios de la contratación colectiva petrolera. 

Un extrabajador de un muelle de Pdvsa en Zulia explicó a El Pitazo que el trabajador solicitaba un préstamo de una suma determinada de dinero a “Patalisa” con el compromiso de realizar el pago. Su aval o respaldo de pago era su TEA, la cual quedaba en manos del prestamista hasta que se realizara el pago del préstamo solicitado.

Los depósitos que recibía el trabajador en la TEA, realizados mensualmente por Pdvsa, eran del prestamista como parte de los intereses generados mientras podía saldar la deuda. “Esa era una sentencia, si no pagabas, no podías tener tu tarjeta. Tampoco bloquearla, porque te mandaban a llamar para que dieras explicaciones”, especificó. Para poder obtener el dinero depositado, una red de establecimientos hacían el favor de darle el efectivo al prestamista.

“Patalisa” apoyó a sindicatos de Pdvsa en Lagunillas y, por tal razón, conocía los beneficios que recibían en ese momento los petroleros, según el Contrato Colectivo Petrolero (CCP). Después de varios meses con el empeño de la TEA, comenzó a abrir establecimientos de alimentos, debido a que estas tarjetas debían ser utilizadas en ventas de comida.

Una fuente de la Policía del Zulia reveló a El Pitazo, bajo la condición de anonimato, que “Patalisa” no tiene prontuario policial. “Él no se mancha sus manos, solo manda a su gente a amenazar. Eso ocurrió con los empeños de la TEA, cuando era un buen negocio, entre los años 2009 y 2015. Ningún trabajador se atrevió a denunciar públicamente por miedo”, afirmó.

Jiménez, antes de ser prestamista, trabajó ocasionalmente en contratistas petroleras que prestaban servicios en muelles de Pdvsa en la zona. También estuvo interno en un centro de rehabilitación cristiano en El Danto, parroquia de Lagunillas.

En el año 2015 sufrió un atentado en el sector Guaicaipuro, parroquia Libertad de Lagunillas, cuando iba en su camioneta acompañado por un amigo. Jiménez salió de su granja recreacional Nobleza Park, en la carretera Lara-Zulia, y fue emboscado por hombres armados. En ese momento, medios locales reportaron que recibió un disparo y fue trasladado a un centro de salud privado.

Jiménez se ha casado dos veces. Tiene tres hijos de su primer matrimonio, mientras que con Nader no tuvo hijos. Fuentes de organismos policiales señalan que emigró a Estados Unidos, específicamente a Orlando, junto a sus hijos.

Desde el año 2018 se conoció que Jiménez ha abierto establecimientos que se dedican a la venta de alimentos al mayor, uno de ellos en el Casco Central, en la calle Miranda y en la avenida 41 de Ciudad Ojeda.

Asesinato de su esposa

El atentado contra la empresaria Carolina Nader ocurrió en su vivienda en el barrio Falcón, en Ciudad Ojeda, cuando salía en una Chevrolet Orlando, de color plata. También murió su primo William Khaldoun Sallam, de 23 años.

Sallam era nativo de Siria y se le conocía como “Ñato”. Su suegro, Silvino Villarroel, empresario y precandidato a la Alcaldía del municipio Lagunillas, pidió en un mensaje de su cuenta de Twitter, @silvinounamigo, la intervención del fiscal general y aseguró que las autoridades manejan información sobre la autoría intelectual del doble homicidio.

“En el caso del sicariato de Carolina y mi yerno, las autoridades saben quién fue el actor intelectual, desde Estados Unidos, manejan gran parte de los cuerpos policiales, para hacer justicia debe intervenir el Fiscal General de la República”, publicó.

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