Barquisimeto.- La madre de uno de los 60 reclusos que se declararon en huelga de sangre el 13 de enero en los calabozos del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Barquisimeto, Julia, relató que su hijo recibió 12 puntos de sutura en una pierna tras autolesionarse. Recibió atención en el Seguro Social Pastor Oropeza Riera de la capital larense.
“Todos los del calabozo blanco quedaron heridos, cortadas de hasta 12 puntos. Entre ellos mi hijo, medio lo vi porque lo estaban sacando a curar, pero después (los funcionarios) hicieron una barrera y no lo dejaban ver”, expresó la madre este 15 de enero en una conversación telefónica con El Pitazo.
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El hijo de Julia lleva dos años detenido en esta sede y, aunque fue condenado hace cuatro meses, no ha sido trasladado a un centro penitenciario, como corresponde.
Según las familias, en esta sede del Cicpc hay tres calabozos: el «azul», el «blanco» y el «de abajo». Julia estima que en los primeros 2 hay al menos 25 detenidos en cada uno y unos 10 en el tercero, destinado a exfuncionarios policiales y el menos afectado por esta huelga.
Tras la situación, la huelga fue levantada el mismo 13 de enero, luego de que autoridades del centro de detención atendieron una de las demandas más urgentes: atención médica a un detenido con un grave problema gastrointestinal. Este caso, sumado al constante maltrato físico y psicológico por parte de los custodios, habría sido el detonante de la protesta, denunció el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) a través de la red social X (antes Twitter).
“Ese mismo día nos pidieron antibióticos, analgésicos para el dolor, gasas, agua oxigenada y cloro para lavar la celda. Ellos mismos se hacen la cura. Yo le dije a mi hijo que tuviera mucho cuidado con esa herida, porque si se le infecta, ¡ay, Dios!”, narró Julia, quien no ha podido visitarlo desde diciembre. “Pasamos la Navidad sin verlos”, agregó y mencionó que la suspensión de visitas fue otra de las razones de la protesta.
Otra madre confirmó que el detenido que lideró la huelga llevaba cuatro días sin recibir atención médica pese a su delicado estado de salud. Añadió que su hijo resultó herido y sumó a la lista de insumos necesarios, medicamentos para el dolor y antiinflamatorios.
La ONG Una Ventana a la Libertad (UVL) informó que los detenidos iniciaron la huelga en respuesta a una serie de tratos degradantes: suspensión de visitas desde diciembre de 2024, maltratos físicos y psicológicos por parte de los custodios, la implementación de reglas que vulneran sus derechos humanos tras la llegada de un nuevo comisario y la discriminación hacia reclusos que no son expolicías.
De acuerdo con la organización, la huelga comenzó «alrededor de la medianoche, cortándose muñecas, brazos y piernas como forma de presión para que sus demandas sean atendidas”. Desde ese día, los familiares reportaron que solo se realizaron unos pocos traslados en horas nocturnas.
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