Coro.– Habitantes de los municipios Colina, Zamora, Tocópero, Carirubana, Petit, Bolívar, Federación, Sucre, Unión, Democracia, Urumaco, Buchivacoa, Dabajuro y Mauroa tienen en común la prolongada escasez de agua por tubería que, en muchos casos, sobrepasa el año, una responsabilidad de la Hidrológica Los Médanos (Hidrofalcón) que no ha podido cumplir con la oferta de suministrar agua potable a más del 80 % de la población falconiana.
Quienes viven en estas jurisdicciones han tenido que sumar a su itinerario diario el cargar con bidones, tobos y botellones en carretillas impulsadas por ellos mismos hasta los sitios donde pueden abastecerse de agua.
En el eje de la Sierra, pobladores de Curimagua, Murucusa, Pueblo Nuevo, la Cruz de Taratara, Churuguara o Santa Cruz de Bucaral se abastecen a diario de dos nacimientos de agua que provienen de la montaña que los rodea.
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Hombres y mujeres pasan hasta cuatro horas, todos los días, en colas para llenar tobos, bidones y botellones. Colina, municipio ubicado en el eje central de Falcón, tampoco recibe agua por tubería con regularidad y sus habitantes se han visto en la necesidad de buscar agua en quebradas para tomar, asearse y demás labores del hogar.
Cero lavado de manos
Sectores de este municipio como La Vela, Guaibacoa y Los Dos Caminos no escapan de sufrir el déficit en el suministro de agua potable desde hace algunos años. En tiempos de pandemia por COVID-19, este servicio juega un papel importante en la fórmula universal recomendada por la Organización Mundial de Salud (OMS) como medida de prevención: lavarse las manos, lo que se ha vuelto imposible para algunos y un lujo para otros.
Usuarios de Twitter que residen en el estado Falcón han escrito que es tarea de los gobiernos de todo el mundo proporcionar un acceso continuo de agua, sobre todo a las comunidades que viven en condiciones más vulnerables.
El agua potable no está al alcance de las casi 16.000 familias en el municipio Colina. En algunos sectores logran tenerla a través de tuberías una vez al mes, pero los que no, deben hacer algunos sacrificios para abastecerse.
Se valen de tobos, bidones y botellas y van hasta algún punto donde sepan que emana agua y hacen colas hasta con coches para bebés, donde cargan una pequeña parte del agua que necesitan, debido a que no tienen el dinero para pagar un cisterna.
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Costear el llenado de un pequeño tanque equivale a la compra de tres productos de la cesta básica o pagar desde Bs. 300.000 por mil litros; de allí que la alcaldía haya tenido la iniciativa de iniciar la jornada de Aguas en Colina para surtir agua en camiones cisternas a las poblaciones altas o más alejadas del municipio que no reciben agua desde hace meses y que, debido a la cuarentena por el COVID-19, deben permanecer en sus casas.
En Puerto Cumarebo, municipio Zamora, la situación es parecida. Quienes tienen un vehículo van a buscar agua en un chorrito de manantial que hay en la comunidad de San Pedro, otros van a Pueblo Cumarebo, Taica, la planta desalinizadora o pagan Bs. 200.000 por mil litros de agua.
Quienes no cuentan con suficientes recursos para pagar a los camiones cisternas deciden llevar agua de la quebrada El Canglijón en bidones que montan en una carretilla, para cumplir con sus quehaceres.
Algunos cansados de esperar por Hidrofalcón, buscan soluciones para calmar la sed en sus patios traseros. Es así como los habitantes del sector Santa Teresa reactivaron un pozo subterráneo que tenía más de 30 años inoperativo. Este pozo ayuda a las poblaciones cercanas de Santa Juana, Quebrada de Hutten, Cieneguita y a la misma Santa Teresa.
Arrollados en la vía
Carirubana, municipio de la Península de Paraguaná, no cuenta con manantiales. Su población se abastece por medio de los camiones cisternas o de cargar agua a través de tomas en las tuberías ubicadas en las avenidas de la conocida ciudad de los vientos.
Esto ha enlutado a varias familias que han perdido a sus seres queridos que han terminado arrollados tratando de cruzar alguna avenida con los baldes de agua. La escasez se repite en el municipios Los Taques, Falcón, Sucre, Tocópero, Buchivacoa, Mauroa, Acosta y San Francisco, donde sus habitantes reclaman agua todos los días con protestas, trancas y cacerolazos, pero siguen sin solución por parte de las autoridades gubernamentales.