Trabajar a pérdida. Eso es lo que temen los agricultores de maíz en Venezuela, debido al precio que les han dicho que cancelará el Gobierno y Empresas Polar por cada kilo: 0,36 dólares, el mismo monto que pagaron para la cosecha anterior, a pesar de los índices de inflación de los últimos meses, que también inciden en los costos de producción para la siembra.
Maiker Rojas, productor de maíz en la zona de Chivacoa, estado Yaracuy, participó en una protesta el lunes, 19 de septiembre, frente a la planta de Empresas Polar en la entidad. Explicó que una hectárea sembrada de maíz produce, en promedio, 5.000 kilos y el costo de producción está entre 1.800 y 2.100 dólares. Si pagan 0,36 dólares por kilo, apenas cubrirán la inversión, pero no obtendrían ninguna utilidad.
Por eso los agricultores de maíz exigen que el pago sea de 0,50 dólares por kilo y esperan que este miércoles 21 les den respuesta de la organización privada y del Gobierno nacional. «El Gobierno importa maíz y lo paga incluso a 0,52 dólares por kilo. No es justo que a nosotros, que entregamos un maíz fresco y que rinde más, nos quieran pagar menos», dijo Rojas, quién también es abogado.
De no llegar a un acuerdo, los productores de maíz de todos los estados piensan unirse, acudir a Caracas y exigir el pago justo a sus cosechas.

Sin créditos para sembrar
«En Yaracuy hay alrededor de 1.500 hectáreas de maíz sembradas en la actualidad. Si nos pagan por debajo del costo de producción muchos iremos a la quiebra. Una parte de los productores tuvo que pedir créditos privados para sembrar y espera el pago para cancelar sus deudas», explicó Rojas.
De parte del Gobierno nacional no hubo créditos para los productores de maíz. “¿Quién va a sembrar el año entrante?”, se preguntaron los agricultores.
Los productores señalaron que, para el momento de la cosecha anterior, la harina de maíz rondaba el precio de 3 bolívares por kilo, mientras que ahora está alrededor de 13 bolívares.
«La harina de maíz subió 10 bolívares en este período y no fue por lo que pagaron del maíz, sino por la inflación. La estimación es que paguen la mitad de lo que cuesta la harina en el mercado», detallaron los agricultores.
Recalcaron que son cinco meses en el campo, comprando todo lo necesario para la siembra a precios elevados, como el abono, la urea, cuyos costos en las mismas agrotiendas son altos.
Puntualizaron que el año pasado un saco de fertilizante costaba entre 30 y 33 dólares, y ahora está entre 70 y 80. El precio de un saco de urea estaba en 11 dólares y ahora cuesta entre 20 y 23 dólares. La semilla estaba en el mercado alrededor de 110 dólares, pero en la actualidad se consigue entre 160 y 170. A ello se le suma la mano de obra de los trabajadores, a quienes también se les paga en dólares, sin olvidar los costos del descosecho (recoger los productos del campo cuando están maduros), transporte y la mecanización.
“Es difícil entender el esfuerzo que está haciendo el productor venezolano. Cuando lanzas una semilla al campo no es para dejarla perder, por eso compramos todo lo que se necesite, así los costos sean altos”, aseveró Maiker Rojas.