Roma.- El papa Francisco afirmó este 25 de noviembre que los refugiados no hacen turismo, sino que son «hermanos y hermanas que tuvieron que escapar» de sus países y arriesgar sus vidas.
El papa participó este jueves en un encuentro de la organización Scholas Occurrentes en Roma, en el que pudo hablar con jóvenes de 41 países, algunos presentes y otros conectados por remoto.
Jorge Bergoglio pidió abrir los corazones a los llegados a Europa porque «no vienen a hacer turismo», sino que arriesgan sus vidas y ven la necesidad de «escapar de una prisión que no les deja vivir como hombres libres».
El pontífice lamentó la crisis migratoria que lleva años sucediendo en el Mar Egeo, el Atlántico, con la llegada de refugiados a las Islas Canarias, y en el Mediterráneo, que «se está convirtiendo en el cementerio más grande del mundo».
Asimismo, condenó las condiciones terribles que experimentan los refugiados y puso como ejemplo las costas de Libia: «aquellos que son tomados después por las mafias, los explotan, los torturan, a las mujeres las venden», dijo.
A las mujeres jóvenes les preguntó si podían imaginarse que las vendieran como mercancía, «esto sucede hoy, con chicas como ustedes, con madres jóvenes».
Como ha hecho en diversas ocasiones durante su pontificado, Francisco recordó la importancia de la «cultura del encuentro» para que las sociedades se mantengan unidas y dijo que, si se olvida, «el corazón se fosiliza» y se cae «en lo socialmente correcto», que es lo que hace que la gente acabe perdiendo su personalidad.
El papa Francisco viajará del 2 al 6 de diciembre a Chipre, Grecia y volverá a visitar la isla de Lesbos, símbolo de la llegada de migrantes a Europa y que ya visitó el 16 de abril de 2016.
Scholas Occurrentes es una organización Internacional de Derecho Pontificio (creada por el Vaticano) presente en 190 países y que, por medio de su red, integra a más de 400.000 centros educativos.