París.- Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 5.448.441 de venezolanos se han desplazado por el mundo, siendo Suramérica la región con el mayor número de compatriotas.
No obstante, el continente europeo es uno de los destinos que han escogido algunos venezolanos como hogar. Cerca de 500 mil venezolanos residen allí, y al menos 80 mil viven en Francia.
El Pitazo conoció la historia de una joven venezolana residenciada en suelo francés, quien junto a su hermana y un amigo se han destacado por su talento, entrega y profesionalismo, sobrellevando las dificultades que representa ser migrante y llevando en alto la bandera tricolor.
La Mandolina
Rossmery Rangel nació en el estado Mérida y es ejemplo de constancia y dedicación. La joven venció la barrera del idioma y conquistó espacios en teatros y conservatorios de música en Francia.
“Desde muy joven, siempre tuve los objetivos puestos en Europa”, comentó Rangel, quien destacó que aunque en sus planes siempre estuvo salir del país, el quiebre social y económico de Venezuela fueron un plus que la empujó a salir mucho antes de lo esperado.
La venezolana comenzó sus estudios de música a la edad de 7 años. La Universidad de Los Andes le permitió incursionar en la mandolina, instrumento que años más tarde, en tierras parisinas, le abriría las puertas en un conservatorio de música, donde obtuvo el puesto de profesora.
Rangel se formó como mandolinista con el profesor Eleazar Longart. Además, fue parte de la Orquesta Típica Merideña y perteneció por más de 16 años a la Estudiantina Universitaria de la ULA. Al mismo tiempo, participó en concursos nacionales, en los que obtuvo los primeros lugares.
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Sus estudios musicales le abrieron las puertas en escenarios internacionales y su talento le ha permitido codearse con destacados músicos y agrupaciones venezolanas como el Ensamble Gurrufío, C4trío, Rafael “Pollo” Brito, Cecilia Todd, Cristóbal Soto, El Cuarteto, Ricardo Sandoval y Matthias Collet (Dúo Sandoval-Collet), entre otros.
En el año 2016 Rangel recibió el título de Licenciada en Música en la mención de Ejecución Instrumental, convirtiéndose en la primera mandolinista de la Universidad de Los Andes, donde obtuvo el promedio más alto de esa carrera.
La joven dejó Venezuela en el año 2017; partió hacia Francia con muchas expectativas, sin imaginarse que dos años más tarde estaría concursando para obtener el puesto como profesora de mandolina en el Conservatorio de Música y Danza de Persan Beaumont, ubicado al noreste de París.
Rangel aseguró que el concurso fue bastante arduo; además, estaba compitiendo con músicos de destacada trayectoria. Finalmente superó las expectativas del jurado y consiguió el puesto. “Me sentía preparada para concursar. El francés que manejaba para ese momento era básico; sin embargo, entregué mi 100%. Dos semanas más tarde recibí la noticia del conservatorio: había sido aceptada”, recordó.
La mandolinista enfatizó que aprecia mucho poder impartir clases en el conservatorio, ya que es una experiencia enriquecedora. Además, sigue apostando a seguir creciendo y perfeccionando su carrera musical como ejecutante.
Es por ello que actualmente cursa el Diplomado en Estudios Musicales (DEM) en el Conservatoire Rayonnement Départemental de Musique, Danse et Théâtre d’Argenteuil, a cargo del Profesor Florentino Calvo.
Es miembro activo de la Estudiantina, del Ensemble MG21 “Les Pincées Musicales” Orquesta Profesional de Plectro, y recientemente firmó contrato con una orquesta en París donde ejecuta los solos de mandolina de la Ópera «Don Giovanni», de Mozart.
La Flauta
Por su parte, Rossmary Rangel vive en Francia desde 2016 y al igual que su hermana, ha demostrado su pasión, amor y talento por la música. Inició sus estudios desde temprana edad y egresó de la Universidad de Los Andes como licenciada en Música.
Formada como flautista clásica, en su carrera sobresale la participación que tuvo durante tres años en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas, la cual le permitió destacar en concursos y festivales nacionales e internacionales y la convirtió en una de las flautistas más importantes de Venezuela.
Desde finales de 2019, la flautista se desempeña como profesora de flauta transversa en el Conservatorio Gabriel Fauré, ubicado en la ciudad de Mureaux, en las afueras de París, demostrando una vez más que su talento y capacidades profesionales son prometedoras.
Las hermanas Rangel se han ganado con mucho esfuerzo y talento los espacios que han conquistado. Ambas forman parte de un proyecto musical llamado Trío Caribe, fundado en 2018 y conformado además por un tercer músico.
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Trío Caribe
Josué Omaña, oriundo del estado Táchira y también residenciado en Francia, se graduó en 2016 en Estudios Musicales en la Academia Latinoamericana de Trompeta de Caracas. Es un músico multiinstrumentista.
Su experiencia como trompeta solista con la Orquesta Sinfónica de Caracas le brindó la oportunidad de participar en conciertos y festivales alrededor del mundo. El joven ha pertenecido a grupos de música latinoamericana, salsa y jazz en teatros internacionales. Actualmente, cursa sus estudios musicales en el Conservatorio Regional de París.
Estos tres venezolanos dan vida a Trío Caribe. Desde allí ofrecen el sabor de la música venezolana de manera muy original, destacando ritmos como el merengue, el joropo y el vals. Deleitan con sus instrumentos al público que los escucha.
Estos jóvenes, sin lugar a dudas, son admirados y respetados por muchos artistas venezolanos. El pasado 13 de diciembre cerraron la V edición del Festival Andes Sonoros, donde tuvieron la oportunidad de tocar y cantar la pieza “Guayana es” en compañía del venezolano Jorge Glem, ganador del Grammy Latino.