Caracas. Los ciudadanos que son detenidos en la frontera o puerto de entrada mientras intentan ingresar a Estados Unidos serán deportados, ya que son considerados una amenaza para la seguridad fronteriza. La misma suerte correrán las personas que, después del miércoles 1 de noviembre de 2020, fueron detenidas en suelo estadounidense tras haber ingresado de forma irregular.
La decisión forma parte de las prioridades establecidas en la nueva política migratoria que Estados Unidos puso en vigor el lunes, 29 de noviembre, y que están contenidas en una guía publicada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés).
Sin embargo, el documento indica que en algunos casos se requerirá una evaluación más a fondo y se tendrá en cuenta “la totalidad de los hechos y circunstancias” para decidir la deportación. «En cada caso, pueden existir hechos y circunstancias atenuantes o atenuantes que van a favor de la declinación de las medidas de ejecución», se lee en la guía.
De acuerdo con el documento, a partir del lunes 29 de noviembre ningún inmigrante podrá ser deportado por no tener papeles de permanencia legal en Estados Unidos, pero los agentes federales de inmigración tienen amplia discrecionalidad para detener, arrestar y expulsar a un inmigrante sin papeles.
En el documento Estados Unidos deja de utilizar el término extranjero ilegal para llamar «no ciudadanos» a los inmigrantes indocumentados y establece, en resumen, tres prioridades para ejecutar una deportación:
- Amenaza a la seguridad nacional: un no ciudadano que participe o sea sospechoso de terrorismo o espionaje, o relacionado con el terrorismo o actividades relacionadas con el espionaje, o que represente un peligro para la seguridad nacional.
- Amenaza a la seguridad pública: un no ciudadano que represente una amenaza actual para la seguridad pública, generalmente debido a un delito grave.
- Amenaza a la seguridad fronteriza: un no ciudadano que represente una amenaza para la seguridad fronteriza.