Caracas.- La caraqueña Mirla Osorio perdió el control de su vida cuando su esposo falleció en manos de unos funcionarios de seguridad. Ese fue el momento que la llevó hasta el movimiento Mi Convive, donde se encargaron de brindarle el apoyo que necesitaba para atravesar las difíciles etapas de un duelo.
Las herramientas adquiridas le han permitido crecer como persona y aprender a vivir con este proceso. “No es fácil perder a un familiar”, relata la madre a El Pitazo, durante la celebración de los 10 años del movimiento, en la Hacienda La Vega.
Para la voluntaria, contar su historia no es fácil porque aún revive todo lo sucedido, pero los nuevos conocimientos la hacen sentir lista para apoyar a todas aquellas personas que se encuentran en una situación similar a la que le tocó atravesar hace tres años y medio.
“No es fácil, pero aquí estamos para darle un apoyo, un hombro para llorar y una mano amiga (…) porque si llora una, lloramos todas. El dolor de una nos afecta a todas y lo mismo pasa con la alegría porque nos hemos compenetrado como personas”, comenta.
Osorio es solo una de las personas beneficiadas con los programas que promueve el movimiento Mi Convive, que van desde alimentación, recuperación de espacios, formación profesional para jóvenes, adiestramiento en materia de liderazgo comunal e incluso recuperación de espacios.
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Por su parte, Isabel Salabarria, coordinadora de Voces Visibles de Mi Convive, añadió que además de brindar acompañamiento también le ofrecen darle formación de derechos humanos, porque crecieron en un país con poca información en esta materia.
“El poder contar la historia de derechos humanos y de Venezuela a estas personas les permite liberarse de una culpa que no es suya, entender que hay que luchar y tener un objetivo que es tener un país libre de ejecuciones extrajudiciales, de injusticias y de violencia”, Salabarria.
Mi Convive celebra 10 años
El cofundador del movimiento Mi Convive, Roberto Patiño, destacó en una entrevista a la prensa que la primera década de este proyecto fue la etapa más compleja que se ha atravesado como consecuencia de la hiperinflación, la emergencia humanitaria, una pandemia, la migración masiva y la represión, pero pese a todo eso siguen en pie de lucha.
“En Caracas Mi Convive ha florecido un proyecto desde las comunidades que tienen liderazgo, que son la esperanza para Venezuela y que estamos convencidos que de allí es que vamos a transformar al país”, sentenció.
Patiño mencionó que los retos de Mi Convive son los mismos que enfrentan las comunidades porque trabajan con familias que se enfrentan a la escasez del sistema de salud, a la falta de maestros por los bajos salarios que perciben y la violencia en las comunidades.
Sin embargo, el cofundador del movimiento enfatizó que todas estas situaciones les han permitido crear la fuerza para construir una alternativa para Venezuela.
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“Hemos asumido que los cambios no van a venir de afuera y que en cada comunidad el protagonismo lo tiene que tener la gente. Esa visión mesiánica y caudillista en la política solo nos trae decepciones y tristeza a los venezolanos”, dijo.
Ernesto Rodríguez, coordinador del programa Vamos Convive, señaló que en los últimos tres años lograron alcanzar a unos 250 jóvenes con algunos de sus programas de formación.
“El mayor cambio que ellos comparten es que se sienten más dueños de su vida porque muchas veces les faltan oportunidades y las dificultades que enfrentan los hace sentirse menos”, puntualizó.
Durante la conmemoración de la década de Mi Convive el portal informativo El Pitazo recibió un reconocimiento por sus aportes en la convivencia de Caracas y por promover acciones positivas en las comunidades.