Caracas.- Una madre caraqueña denunció a través de su cuenta en X (antes Twitter) que a su hijo le negaron el acceso a la institución educativa donde estudia debido a que no portaba el calzado que el personal del colegio considera apropiado para el uniforme escolar.
Ante este hecho Carlos Trapani, coordinador General de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), se pronunció indicando que «el uniforme no puede ser un obstáculo para que el niño no pueda estar en clase«.
El pronunciamiento de esta representante fue realizado el pasado lunes 2 de octubre, cuando comenzó el año escolar 2023-2024, lo que provocó más de 2.500 republicaciones y 597 mensajes de repudio a la acción del colegio y apoyo a la madre.
La denuncia fue realizada por la profesora Anyeli Russo (@la_profedigital en X), quien indicó: «Lo dejaron en la calle y ni siquiera me avisaron. Las medidas para el cumplimento de las normas nunca deben cercenar un derecho (al estudio). De hecho, según su propio reglamento, la primera sanción será verbal. Y lo dejaron allí esperando, sin siquiera atenderlo».
Russo acompañó su hilo con una fotografía del zapato usado por su hijo, donde se puede apreciar que es negro con una suela blanca.
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Sobre este tema, Carlos Trapani, coordinador Cecodap, destacó en una llamada telefónica con El Pitazo que aunque existe una resolución del Ministerio de Educación que contiene las normas sobre el uniforme escolar. Añadió que en el mismo texto se señalan unas excepciones.
Recordó que esa resolución es la 075, publicada en la Gaceta Oficial Número 40.739 del 4 de septiembre de 2015, y señala: “Art. 8. El calzado escolar para todos los niveles del Subsistema de Educación Básica es zapato tradicional de color negro o marrón”.
En efecto, el hijo de Russo cumplía con uno de los requisitos. Era negro, pero la suela era de otro color. Tanto Russo como Trapani coinciden en afirmar que había una diferencia con lo planteado en el reglamento, pero consideran que dejarlo fuera del colegio fue una medida severa para la situación.
«El zapato sí tiene algo que distorsiona esa forma clásica que la resolución te dice, pero allí habría que ponderar. El llamado es a la cordura, a la sindéresis y entender el contexto del país donde estamos y las limitaciones económicas que tienen para muchas familias», sentenció.
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Trapani abogó por la comprensión de las escuelas en casos particulares, donde los padres no cuenten con los recursos económicos o que atraviesen por una situación de salud que le limite poder garantizar el uniforme de los estudiantes.
Sin embargo, recalcó que los padres también tienen una cuota de responsabilidad en el cumplimiento de los uniformes y las reglas institucionales.
«Hay unas pautas que las familias tienen que cumplir. No puedo ir en traje de baño, no puedo ir en bermudas, no puedo ir en crocs, no puedo ir en sandalias, porque evidentemente eso no guarda correspondencia con el uniforme escolar. Pero en ese sentido, las familias tienen que ser corresponsables y poder garantizar, en la medida que sea posible, el uso de las prendas establecidas», explicó Trapani.
El defensor de los derechos de los niños y niñas puntualizó que los uniformes responden a una necesidad de seguridad, protección, y es una medida para no generar discriminación por el tipo de ropa que se utiliza en la escuela.
Tras la polémica, Russo asistió al centro educativo donde se registró el incidente para denunciar el caso. Informó que la atendieron con mucha empatía y le ofrecieron apoyo.
«Reafirmaron que sí hubo vulneración y que bajo ningún concepto un reglamento puede ir en detrimento de un derecho», sentenció.