La madrugada de cada lunes Alexander, vecino de Baruta, se levanta con una misión: trabajar en el kilómetro 3 de El Junquito. Desde ese día hasta el viernes, se queda en esa parroquia. Dura cinco días sin ver a sus hijos. No puede costear el transporte diario de ida y vuelta, pero debe resolver cómo aportar la colaboración económica que le solicitan en el colegio para inscribirlos e iniciar el año escolar.
“Me piden 20 dólares. Veré si hablo, ya que son dos hijos que voy a tener (en ese colegio)”, comentó a El Pitazo el 25 de septiembre con dudas, ya que no sabía si el monto era por cada uno de sus hijos o por ambos. El mayor de ellos empezará su segundo año de bachillerato en la Unidad Educativa Nacional Alejo Fortique, mientras que el menor iniciará el primer año.
Tiene otra preocupación: los útiles escolares. “El trabajito que tengo no me alcanza para comprarlos”, reveló Alexander, quien es chofer y cumple con una jornada completa cinco días a la semana. En ese período, su esposa lleva a los niños al colegio y hace las tareas con ellos.
“Si me viniera todos los días, tendría que agarrar cuatro camionetas. Son fácil 20 dólares que se me van en el pasaje”, la misma cantidad que le piden como parte de la inscripción de sus hijos.
“Me imagino que es para pasar coleto”, dijo sobre la cubeta y agregó que “los paños son para la cocina”. Alexander reiteró que hará lo posible para inscribir a sus hijos, ya que su experiencia con el colegio ha sido buena y no ha habido problemas con las clases o los profesores.
Entre colaboraciones y precariedades El Hatillo se prepara para el regreso a clases
Valorar la educación
Otra vecina de Baruta que tiene una relación con este liceo es Yelitza Briceño. Dos de sus hijos se graduaron como bachilleres allí. Ahora otro de ellos iniciará un nuevo período escolar. “El tobito es para segundo año, nada más”, le aclaró a El Pitazo y especificó que “a cada año le piden una colaboración”.
Una de las prioridades de la madre es que eduquen a su hijo con la mayor cantidad de cátedras posibles. “Hay unos planteles que vieron cuatro o cinco materias en primer año, él aquí vio hasta ocho”, recordó. Por eso reconoció que está “muy contenta” con el colegio, ya que es una de las pocas instituciones públicas de la zona que ofrece la mayor cantidad de las asignaturas.
Sin embargo, reconoció que el año pasado hubo algunos profesores que se fueron de la escuela, pero los reemplazaron. Sobre la deserción de docentes, el 17 de septiembre la presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Carmen Teresa Márquez, le explicó a El Pitazo que “están ingresando al sistema educativo personas que no son profesionales”.
Una de las cátedras en las que tuvieron que sustituir al profesor del Alejo Fortique fue Geografía, Historia y Ciudadanía, más conocida como GHC, una materia que es el cúmulo de las tres disciplinas en una sola.
Poco a poco
Hace diez días Rafael, vecino del municipio, asistió a esta institución en búsqueda de un cupo para su hijo de tres años. La oficina de la Región Educativa de Baruta se encuentra en las instalaciones del Liceo Alejo Fortique y se encarga de atender a los representantes que no han conseguido un cupo, para así ubicar al menor de edad en alguna unidad educativa de su zona.
Lo anotaron en una lista, pero no lo llamaron en una semana y media, por eso asistió de nuevo. Quiere que su hijo comience el primer nivel del preescolar.
“Necesito que me den el cupo para ir comprando las cosas, poco a poco, porque la situación del país no es buena”, reconoció. Otra de sus inquietudes son los profesores, ya que tampoco le informaron sobre quién atenderá a su hijo durante la semana.
También fue claro cuando El Pitazo le consultó sobre los días a los que irá a clases su hijo: “dos veces a la semana no me conviene, quiero que los cinco días tenga clases”.
Así como Alexander se rebusca para ganar su salario, Yelitza confía en el liceo Alejo Fortique y Rafael espera comprar de “poquito a poquito” los útiles, hay muchos padres que se encuentran en esas y otras situaciones a menos de una semana de comenzar el nuevo año escolar. La prioridad es la misma para todos: ofrecerle la mejor y más completa educación a sus hijos.