El Pitazo realizó un recorrido por las calles de Caracas para corroborar las reacciones e impresiones de la población, luego de confirmarse los primeros casos de coronavirus en Caracas, a continuación podrán apreciar cómo los caraqueños asimilaron el brote del COVID-19 que ya arropa a toda Latinoamérica.
Comercios como restaurantes y panaderías amanecieron cerradas o trabajando con pedidos para llevar, mientras varios mercados y charcuterías continúan su labor pero aplicando ciertas medidas de seguridad, en ciertos casos, como en el mercado de los Palos Grandes cerró a mediodía por orden de la alcaldía, sorprendiendo a compradores y comerciantes del sector.
Mientras se transitó las avenidas de Caracas, el uso de mascarillas por parte de motorizados se hizo algo común y entre los transeúntes se podía apreciar mascaras de diversos tipos, unas más pintorescas que otras.
En los supermercados, cómo el ubicado en la calle Elice de Chacao, solo se permitía el ingreso de un número limitado de personas como medida de seguridad y su empleados contaban con un kit de guantes y mascarillas para atender al público.
A pesar del decreto de prohibición de entrada sin mascarilla en las estaciones de metro, muchos usuarios ingresaban sin ningún tipo de protección para su rostro. La medida era implementada dependiendo si en la estación existía alguna presencia de algún funcionario de seguridad, como fue el caso de la estación Capitolio.
En relación al área de transporte, en ciertos casos, mototaxistas y buseteros ofrecían sus servicios con guantes o mascarillas como medida de prevención. En la rama motorizada, expresan que la demanda de traslados ha bajado a lo que usualmente ellos podrían realizar en un día.
En el Bulevar de Sabana Grande, los transeúntes continuaron rondando las tiendas y comercios, pero su atención se encontraba marcada en alimentos y insumos de higiene personal y con relación a esto, trabajadores de una tienda de zapatillas afirmaron que sus ventas no han sido buenas este viernes y sábado, pasando de vender unos diez zapatos por día a solo unos cuatro, expresando su preocupación a un posible cierre de comercios como medida de cuarentena.
Entre diversos tramos del bulevar se pudo percibir personas y familias completas con sus rostros cubiertos mientras se dedicaban a pasear o hacer sus respectivas compras, en el escaso de los más pequeños, ellos continuaban corriendo y jugando pero con sus mascarillas puestas.
A lo largo del día, diversos hipermercados también se encontraron abarrotados por consumidores urgidos por contar con los alimentos necesarios para una posible cuarentena en sus hogares y el Excelsior Gama de Los Palos Grandes fue un ejemplo, con largas colas de clientela en su recinto.