El exrector y asesor de la oposición en la negociación ante Noruega, en 2019, consideró que las autoridades designadas por el TSJ tienen que crear todas las condiciones para que la competencia sea equitativa y justa

El Consejo Nacional Electoral parece tener todo sincronizado para organizar las elecciones parlamentarias antes de que finalice el año. Participe la oposición mayoritaria o no, las harán. Sin embargo, toda la dinámica tiene una serie de implicaciones técnicas, como la sustitución de máquinas y la familiarización con ellas, y logísticas como planificar y ejecutar unos comicios en medio de una pandemia, que pondrán a prueba la primera gestión de los designados por el Tribunal Supremo de Justicia.

Vicente Díaz, exrector del CNE y asesor de la oposición en la negociación ante Noruega, en 2019, consideró que a los nuevos representantes del Poder Electoral solo se les podrá juzgar por sus actuaciones y por la capacidad que tengan de recuperar, o no, la confianza de partidos políticos y electores.

En entrevista con El Pitazo, Díaz refirió que la composición de este Poder Electoral pareciera ser mejor que la que le tocó a él cuando la correlación de fuerzas era un rector cercano a la oposición y cuatro al chavismo. “En mi caso, me tocó ser rector en minoría; era un solo voto de cinco. Me tocó solicitar, en 19 oportunidades, el enjuiciamiento administrativo del presidente Chávez y después de Maduro y ninguna prosperó, ¿por qué? Porque la correlación de fuerzas era a favor de ellos (el chavismo)”, agregó.


Continuidad administrativa no existe. El período de la AN finaliza el 4 de enero de 2021, no hay forma de violar los periodos que establece la Constitución

Vicente Díaz, exrector y asesor de la oposición en la negociación ante Noruega en 2019

–¿Qué consideraciones tiene sobre los nuevos rectores del CNE? Mucho más allá de la forma en que se hizo su designación.

–La designación no cumplió con los requisitos de ley y no pasó por la Asamblea Nacional; se violentaron todos los procedimientos constitucionales. En cuanto a la correlación de fuerzas internas, es mejor que el que tuve yo, porque eran cuatro rectores cercanos al chavismo y un rector cercano a la oposición. No puedo opinar de la actuación de este CNE, porque hay que esperar. El TSJ se excedió no solo en la designación, sino porque designó quién es el presidente, quién es el vicepresidente, quiénes los presidentes de comisiones y, según la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre), es el cuerpo el que decide quién es su presidente, se escogen entre pares y por voto interno.

–¿Qué tareas, más allá de la electoral, le corresponden a este CNE?

–Yo creo que las tareas del CNE son muy amplias, tienen que ver con el registro civil y el electoral. Hay un montón de venezolanos que están en el exterior que tienen que tener la posibilidad de inscribirse en el Registro Electoral para participar en elecciones que legitimen el período presidencial. También está el tema de partidos: si bien fueron decisiones judiciales, es el CNE el que sabe quiénes son las autoridades legítimas de los partidos, si cumplieron los estatutos. No puede ser que el TSJ llegue de buenas a primeras a decir que las autoridades son X y no Y. Una de sus tareas (del CNE) sería pedir una reconsideración sobre esa decisión. Cumplir con la ley que dice que el voto es automatizado. Crear todas las condiciones para que la competencia electoral sea equitativa y justa, eso incluye acceso igualitario a los medios.

El CNE, lamentablemente, siempre ha hecho más énfasis en el tema técnico que en el tema político. Tiene un desafío que es estimular la participación y ganarse la confianza de los partidos y electores.

–¿Cree que el cambio de caras puede producir esa confianza o estimular la participación?

–Va a depender mucho de sus actuaciones, si son apegadas a la ley y que el país las perciba como un buen árbitro, independientemente de la correlación de fuerzas. Lo importante es evaluarlo a favor de sus decisiones. En mi caso, me tocó ser rector en minoría; era un solo voto de cinco. Me tocó solicitar, en 19 oportunidades, el enjuiciamiento administrativo del presidente Chávez y después de Maduro y ninguna prosperó, ¿por qué? Porque la correlación de fuerzas era a favor de ellos (el chavismo).

Sin embargo, en 2017 se logró contener el referéndum que iba a convertir constitucionalmente a Venezuela en socialista y el país se opuso; en 2010, el voto popular lo ganó la oposición, a pesar de que el partido de Gobierno tuvo más curules por lo que hicieron con la ley electoral; y en 2015, también con una correlación cuatro a uno, la oposición ganó la mayor parte del Parlamento: 112 de 167. Eso quiere decir que la correlación no es determinante, más determinante es la actuación. ¿Qué pasó después con ese CNE? Se quitó la gorra de árbitro que había sostenido, con sesgo político, y se colocó la de jugador. Vimos cómo suspendió el referéndum revocatorio, suspendió las elecciones que correspondían a los gobernadores en 2016, eliminó partidos políticos de un plumazo y organizó la Constituyente sin haber aprobado bases comiciales, entre otros. El desempeño desde 2016 a 2020 fue el de un partido político. Yo creo que su salida, el cambio de los rectores, es una buena noticia para el país. Estos rectores hay que permitir que actúen y se verá si están contribuyendo o no con la promoción de la participación de partido o de electores. Ya el solo cambio es una buena noticia.


Tienen (los rectores) un desafío que es estimular la participación y ganarse la confianza de los partidos y electores

Vicente Díaz, exrector y asesor de la oposición en la negociación ante Noruega en 2019

–¿Cree que unas elecciones como las que están planteadas en este momento ayudarían a resolver la crisis política actual?

–El país tiene crisis en todos los órdenes. Y esto hay que acomodarlo y se acomoda de dos maneras: o te sientas a negociar como personas adultas o haces elecciones competitivas y transparentes que permitan desanudar el enredo. Hay un problema serio que es la legitimidad de quien está ejerciendo el control territorial y quien asumió el cargo de la AN, y de allí asumió el interinato, porque las presidenciales no fueron elecciones justas ni equitativas. Hay que resolverlo con un mecanismo, bien sea un gobierno de emergencia donde ambos renuncien, o donde ambos se mantengan, lo que sea y conducir al país a una salida.

–¿La oposición debe participar en las elecciones o plegarse a la propuesta que han hecho algunos, incluido Juan Guaidó, de aplicar la continuidad administrativa?

–Continuidad administrativa no existe. El período de la AN finaliza el 4 de enero de 2021, no hay forma de violar los periodos que establece la Constitución. Si alguien va a violar la Constitución que lo hagan los violadores de la Constitución: los que suspendieron las elecciones de gobernadores, los que de un plumazo crearon una Constituyente. Lo que no puede ser es que si unos la violan, entonces otros la violan de otro lado.

Si se aplicase el principio de la continuidad administrativa, que no se puede aplicar, se da la libertad a cualquiera de autoextenderse el mandato: yo, TSJ me autoextiendo el mandato; yo CNE, me autoextiendo el mandato; o yo, presidente. Eso no existe, y si se aplicase sería un serio problema político, porque entonces los que están en control territorial del país pudiesen decir: si el argumento para poner a Juan Guaidó de interino es que no había presidente electo, entonces a quien correspondía la continuidad era a Maduro. Eso es escupir para arriba.

Sobre la participación, lo debe decidir cada partido y cada ciudadano. ¿Por qué el gobierno ordena al TSJ elegir esos rectores de esa manera? ¿Es para estimular la participación o para que esos partidos nos participen?, ¿Por qué le quitaron las autoridades legítimas de los partidos? ¿Eso es para que participe o no? Allí hay un juego cantado del régimen de empujar a estos dirigentes políticos a la abstención. La pregunta que tiene que hacerse cada político es ¿juego el juego que el régimen quiere que juegue o juego mi juego, con independencia de lo que el gobierno quiere que haga?. No estoy entrando en las consideraciones políticas de cada partido sobre si debe participar o no. Cada partido y cada elector debe decidir.

–Y de participar, ¿cuáles son las condiciones que deben exigir al CNE?

–Hay que exigir las condiciones como si esto fuese Suiza y prepararse para que no lo sea. En términos suizos, ¿qué pediría? Acceso igualitario a los medios, que los partidos vuelvan a mano de sus autoridades legítimas, que haya una elección que resuelva el problema de legitimidad, que cese esa Constituyente que le enreda la vida al país, que haya observación internacional equilibrada, que haya una observación de mesa equilibrada, que haya un proceso de auditoría profunda al sistema de votación, porque hay cambios en las máquinas de votación.

Hay que revisar hardware y software cómo es el mecanismo de transmisión, software de totalización. Los técnicos electorales de la oposición lo conocían al dedillo, podían detectar, en horas, si había una línea de programación diferente a la que ya conocían y eso permitía una auditoría rápida; ahora todo es nuevo, eso requiere auditarlo y revisar que no haya puertas traseras, ver cuál es el sistema de totalización, las llaves de comunicación de las máquinas y el sistema de totalización. Todo eso requiere una profunda auditoría.


No estoy entrando en las consideraciones políticas de cada partido sobre si debe participar o no. Cada partido y cada elector debe decidir

Vicente Díaz, exrector y asesor de la oposición en la negociación ante Noruega en 2019

–¿Qué dificultades suma la pandemia a la organización de unas elecciones?

–La pandemia está creciendo en el mundo entero. Esto no va para mejor, va para peor. En el caso de Venezuela, ya había una especie de aislamiento, porque las aerolíneas se fueron, pero se tomaron medidas adecuadas para frenar la curva de contagios y, por tanto, no colapsar el sistema sanitario. Sin embargo, este es un país que no tiene reservas y si no tienes reservas en la nevera o la despensa hay que salir y eso afecta la posibilidad de mantener el confinamiento requerido.

Un evento electoral incluye la selección de los miembros de mesa, adiestramiento, hacer reuniones con los partidos, que haya postulación de los candidatos, buscar testigos para las mesas, auditorías presenciales, montar el hangar de producción de los kits electorales, distribuir todo eso, convocar a las mesas. Es un esfuerzo logístico tremendo. Los partidos deben presentar su oferta electoral. No es cualquier cosa, este es el evento logístico más importante de un país en tiempos de paz y que todo eso movilizado, lo único que genera es más pandemia. Es algo que tienen que valorar muy bien las autoridades electorales con todo el que esté involucrado en esto (los partidos, el Ministerio de Salud). Los derechos políticos son importantes, pero el primer derecho humano es el derecho a la vida, lo más importante es la vida de la gente.

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