Proporcionarle las herramientas para que las víctimas venezolanas de violaciones de Derechos Humanos puedan denunciar los crímenes que tuvieron que enfrentar es lo que hace el Programa Transforma de la ONG Defiende Venezuela. Una iniciativa que ha formado a unas 70 personas, la mayoría de ellas mujeres, quienes vieron cómo sus esposos, hermanos, padres o hijos no recibieron la justicia que el Estado debió darles, según comentó Vicente Albornoz, investigador especializado en Política Exterior de los Derechos Humanos y Memoria con experiencia en Gestión de Proyectos

Entrevista: César Batiz Redacción: Katherine Dona

El Programa Transforma se dedica a identificar a familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos para ofrecerles acompañamiento y un proceso formativo que les proporciona herramientas para verbalizar y transmitir eficientemente sus historias, explicó Vicente Albornoz, coordinador de este proyecto. A su juicio, estos relatos llevaron el proceso de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el Estado venezolano a un punto de no retorno.

Albornoz, en un Instagram Live con César Batiz, director de El Pitazo, reconoció que la mayoría de las personas que integran este proyecto son mujeres que han sido madres, hermanas y esposas de las víctimas.

“Hay un contexto socioeconómico muy relevante y eso limita, muchas veces, las capacidades de las personas para contar su historia y para quienes no la cuentan no puede haber justicia”, sentenció el investigador especializado en Política Exterior de los Derechos Humanos y Memoria con experiencia en Gestión de Proyectos.


Para quienes no la cuentan no puede haber justicia

Vicente Albornoz, coordinador del Programa Transforma

Recalcó que el hecho de no narrar esas historias hace que no se tenga memoria sobre algún hecho en particular, es decir, no se sabría qué pasó y por eso es que la ONG Defiende Venezuela ha formado a unas 70 personas para que puedan relatar los hechos.

“Con el programa lo que hicimos fue contarle al país y a los asistentes todas esas historias de violaciones de derechos humanos, mostrar a la persona qué se había perdido”, añadió el licenciado en Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y magíster en Derechos Humanos (Unsam-Argentina).

–Ustedes ayudan a los familiares de las víctimas a pasar del duelo a la acción. ¿Cómo se logra esto?

–El Programa Transforma se puede dividir en tres áreas que van desde el proceso formativo, la oratoria para presentar y redactar un discurso y el acompañamiento de expertos ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La cuestión formativa busca enseñarles sobre derecho interno e internacional, sobre manejo en redes sociales, de oratoria para que puedan redactar su historia de violación de derechos humanos y así poner en palabras algo inefable, eso por un lado, pero también hay un acompañamiento psicosocial, que es la contención durante ese duelo y luego están los espacios de incidencia internacional. Esos tres niveles es como presentamos este proceso transformativo.

–¿Cómo surgió la idea de este programa con este foco en los familiares de las víctimas de DD. HH.?

–El proyecto surge a partir de las familias, como la de Juan Carlos Pernalete, que son muy vocales y están bastante representados, lo que nos inspiró a querer visibilizar a todas esas otras familias de las que nadie sabe y que también tuvieron pérdidas. Se pretende darles una voz, que sean protagonistas y puedan mejorar su búsqueda de justicia, algo a lo que se llegó a través de varias experiencias internacionales que tienen más de 10 años.

–¿Qué testimonio puedes dar de la experiencia de esos casos?

–El programa empezó con la familia Juan Carlos Pernalete, que su caso es de relevancia y sirve para mostrarnos cómo se roban ciertos sueños. Pero lo cierto es que Juan Pablo no fue la única víctima de ese proceso de manifestaciones, porque también está Fabián Urbina, que es el padre de la familia Urbina, así como un chico que fue asesinado frente a la base aérea de La Carlota.

Además, están los familiares de personas de barriadas de comunidades populares en Venezuela cuyos hijos fueron no solamente asesinados, sino que luego su honra manchada al acusarlos de haber sido prófugos de la justicia, quienes forman parte del colectivo Madres Poderosas.


Se pretende darles una voz, que sean protagonistas y puedan mejorar su búsqueda de justicia

Vicente Albornoz, coordinador del Programa Transforma

La semana pasada fueron presentados, durante la graduación de la tercera cohorte, los testimonios de Ivonne Parra, fundadora del comité Madres Poderosas, y Carmen Arroyo, madre de Cristian Charris, pero también casos como el de Guillermo Espinosa, que fue un joven que en las protestas resultó herido en la cabeza por un proyectil, pero falleció tres meses después de la agresión, producto de la precariedad de la salud en el país. Son casos que muestran la violencia del Estado y dan cuenta también de la realidad del país, que es lo que queremos reconstruir porque es necesario tenerlo cerca para saber el país que queremos.

–¿Cómo es el proceso de selección?

–Si alguna persona se considera víctima de una violación de derechos humanos y le interesa el programa, lo primero que puede hacer es escribir a través de nuestra cuenta en Instagram o Twitter @defiendeve, donde se les puede mandar un mensaje o pueden acceder a la página web que es programatransforma.org. Allí encontrarán un formulario para exponer su caso.

Hay otras personas que llegan por referencia porque entre las mismas víctimas se conocen y son quienes terminan recomendando lo que aprendieron en el programa.

–¿Qué reciben las personas que llegan al programa?

–Se encargan de brindarles un acompañamiento a través de la empatía porque escuchan sus historias y hacen un trabajo cercano con esas familias. La mayoría de las veces, quienes llegan al programa lo hacen sin poder contar ni poder llevar un hilo narrativo de su historia debido a que los embarga la emoción.

Es horrible lo que sintieron y cuando egresan del programa se paran en cualquier escenario. Se enfocan en las víctimas como defensores porque su trabajo es darle forma a ese sentimiento genuino, el cual ayudamos a canalizarlo. Por eso la invitación es a escucharlos, difundir el programa e ingresar en la página donde están los videos de los eventos, los testimonios de las personas, una revista y un documental de esas historias que, de alguna manera, nos pertenecen como país.

–¿Cómo reciben los investigadores especializados estás historias?

–Un funcionario internacional de protección de derechos humanos o Derecho Penal Internacional está entrenado para ser objetivo y cumplir con su trabajo, pero son seres humanos. También son personas, son el hermano de alguien, el hijo de un padre o son madre, y por eso es que parte del trabajo es mostrar a la persona, no solamente a la víctima sino a la indirecta, hablar de vínculos, de relaciones, porque eso es universal.

Impulsamos el visibilizar y sensibilizar a estos funcionarios internacionales para que estos procesos de justicia avancen lo más expeditamente posible. El papel de la víctima, de los vínculos y de buscar llegar a la persona detrás del cargo es fundamental, sobre todo, cuando se trata de derechos humanos porque al final se trata de la protección de la dignidad humana.


Los testimonios y llegarle a la persona humana detrás del cargo sí acelera estos procesos

Vicente Albornoz, coordinador del Programa Transforma

–¿Han visto los resultados de este entrenamiento a las víctimas?

–Sí, sin duda alguna. La investigación de la Corte Penal Internacional (CPI), de la examinación preliminar del 2021, viene dos años después de la visita que hizo Michelle Bachelet en 2019, cuando era la alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Al venir se reúne con funcionarios de diferentes índole y con familiares de víctimas. Estoy seguro de que esas intervenciones, los testimonios y llegarle a la persona humana detrás del cargo sí acelera estos procesos, porque al final viendo todas las pruebas objetivas pensar en derechos humanos implica pensar en el ciudadano.

Ese es uno de los elementos decisivos, es lo que hay que proteger y nutrir, todo eso es de gran relevancia porque cuando la CPI se enfrentó a una diatriba técnico jurídica sobre los argumentos de la Fiscalía versus los del Estado venezolano se le preguntó a las víctimas, lo que fue el elemento decisivo, pues se le dio continuación a la investigación.

–En qué fase está ese proceso en la CPI y cuánto debemos esperar para recibir noticias sobre el futuro del proceso en contra de funcionarios?

–El proceso está en una etapa relevante debido a que ya no hay vuelta atrás. Aquí (en Venezuela) no hay justicia, pues la complementariedad de la imperatividad es un punto de no retorno para los procesos ante la justicia internacional.

Son procesos jurídicos, pero también de tipo político, y destaco que el caso venezolano avanza rápido. Tengo fe en que este año tendremos avances realmente relevantes en la materia.


Tengo fe en que este año tengamos avances realmente relevantes en la materia

Vicente Albornoz, coordinador del Programa Transforma

–¿Qué avances se pueden concretar?

–Por ejemplo, un avance relevante es que se incluya el asesinato dentro de la investigación, que es parte del trabajo que hemos hecho porque estos crímenes que fueron en contexto de manifestación y las ejecuciones extrajudiciales en operativos de seguridad del Estado sean parte de la investigación.

Sobre este asunto en particular queda la duda de que se incluyeran, puesto que la examinación preliminar sólo aborda los temas de tortura y por eso es que son vitales los testimonios de las víctimas.

–El Gobierno de Nicolás Maduro puede hacer algo para detener la investigación?

–Existe un debido proceso y aunque la parte acusada podrá ejercer algunos recursos propios porque tiene derecho a la defensa, eso no implica que se detenga la investigación, porque son procesos que están establecidos y pactados internacionalmente. La única forma de que esta investigación no continúe es porque la justicia nacional empiece a hacer su trabajo.

Aunque el Estado intentó hacer algunas reformas, no fueron suficientes para detener este proceso por las violaciones a los derechos humanos de miles de venezolanos.

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