Ahora en el exilio, en un contexto de incertidumbre sobre su futuro político en Venezuela, Guaidó repasa lo sucedido en Colombia; habla sobre el riesgo latente de ser detenido en Venezuela, así como de los cuestionamientos a su gestión en el gobierno interino que la Asamblea Nacional electa en 2015 finiquitó en enero. También recordó el alzamiento del 30 de abril de 2019
Entrevista: César Batiz Redacción: Jesús Abreu
El expresidente del extinto gobierno interino, Juan Guaidó, actualmente en Miami, a donde llegó el martes 25, prevé regresar a Venezuela sin que esa acción, asegura, implique otorgar una herramienta a la administración de Nicolás Maduro para que lo convierta en un nuevo preso político.
El diputado electo en 2015 por el partido político Voluntad Popular, no descarta su participación como candidato en esa contienda interna opositora, más allá de lo que reflejan encuestas y estudios de opinión sobre intención de voto y de los cuestionamientos por su gestión durante cuatro años al frente del gobierno interino.
“Estoy buscando las condiciones para regresar (…) No le voy a dar un nuevo rehén a la dictadura”, aseguró Guaidó en entrevista concedida al director de El Pitazo, César Batiz.
Estoy buscando las condiciones para regresar (…) No le voy a dar un nuevo rehén a la dictadura
Juan Guaidó, diputado y presidente (E) de la República y de la AN (2019-2022)
Guaidó, con una prohibición de salida del país desde 2019, necesitó 60 horas de carretera para llegar a la capital de Colombia como la mayoría de los dos millones de migrantes venezolanos radicados en ese país.
En menos de 24 horas tras su llegada a Colombia, tuvo que salir de ese país por lo que calificó de amenazas de la administración de Petro, quien se refirió a la presencia del opositor venezolano en suelo colombiano como un factor de perturbación en el contexto de la cumbre internacional sobre Venezuela celebrada en ese país.
Ahora en el exilio, en medio de la incertidumbre sobre su futuro político en Venezuela ante las amenazas del oficialismo, Guaidó repasa lo sucedido en Colombia, habla sobre el riesgo latente de ser detenido en Venezuela, así como de los cuestionamientos a su gestión en el gobierno interino que la Asamblea Nacional que lo apoyó en 2019 finiquitó en enero.
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–Sabemos que sectores radicales del oficialismo querían verlo preso y presionaban para ello a otro sector menos ganado a la idea. ¿Su ida a Colombia fue un escape?
–Ciertamente, evitar que la dictadura de Maduro me detuviera, me metiera preso o darle un rehén nuevo a una dictadura que sabemos cómo utiliza los presos políticos, como ficha de intercambio, lo hemos visto en el pasado. En Venezuela hablamos de la puerta giratoria: cuando liberan a algunos presos políticos, detienen o persiguen a otros.
En el marco de la cumbre en Colombia, era la oportunidad de poder conversar con delegaciones internacionales con las que luego de 2020, por la pandemia, no habíamos podido tener reuniones presenciales, a diferencia de lo que fue 2019 en nuestras giras internacionales, y así poder llevar la voz de los venezolanos. Tenía la intención de evadir el riesgo de la dictadura, no entregarle un rehén nuevo a Maduro, no permitir que nos callen la voz. Era una oportunidad para ser escuchado luego de lo que dijo el canciller Leyva, quien había invitado a la oposición.
–Ese riesgo de ser detenido en Venezuela existe todavía y a pesar de eso usted está planteando regresar.
–Está latente ese riesgo, sin duda. No solo ser detenido, sino la vida. Han disparado en nuestra casa, a nuestro vehículo; apresado a nuestra gente, es decir, es claro lo que le pasa a la alternativa democrática en Venezuela. Hay 10 mil manifestaciones claras, testimonios, ante la Corte Penal Internacional; no se puede banalizar la tragedia, la crisis, que atravesamos humanamente los venezolanos. Estoy buscando las condiciones para regresar.
–¿Cuáles eran esas informaciones que tenía previo a su viaje a Colombia? ¿Qué era lo que le decían de esa sabida disputa dentro del oficialismo entre los que lo querían ver preso y los que decían no lo apresaran?
–Más allá de lo público, las amenazas directas de Maduro. La pugna interna del PSUV, que sabemos los venezolanos que es una razzia que no tiene nada que ver con justicia ni de lucha contra la corrupción, sino un reacomodo del poder dentro de la estructura del PSUV, que hoy despierta suspicacia, por decir lo menos, porque se habla de atentados y de explosiones que hay en Venezuela. En ese marco, donde incluso dentro del PSUV hoy ya uno no sabe quién es quién, cuáles son los bandos en disputa ahí. Había una vulnerabilidad adicional para la oposición en Venezuela.
–Usted decidió ir a Colombia, pero desde un principio sabía que Petro no lo reconoció como presidente interino, e incluso el embajador colombiano en Venezuela, Armando Benedetti, dijo palabras soeces en su contra. ¿Eso no era suficiente como para saber y prever que si entraba de forma irregular a Colombia, sería expulsado?
–Nunca pensé que un gobierno democrático o que se diga democrático atentaría o atacaría a un perseguido político, a alguien cuya vida corre riesgo en un país como Venezuela, más allá de las posiciones ideológicas, de la clara afinidad que ha mostrado el embajador de Colombia en Venezuela por la dictadura de Maduro. Honestamente no esperaba una reacción como esta de un gobierno que se dice humanista, respetuoso de la vida. Esperábamos ser escuchados en buena lid, y sobre todo luego de las declaraciones públicas que hiciera Gustavo Petro desde Washington en su momento o el canciller Leyva invitando a la oposición.
He tenido la oportunidad en los últimos años de conocer, de relacionarme con decenas de cancilleres, diplomáticos, con presidentes del mundo. En mi rol de político, de servidor público, he tenido que aprender de empatía también, más de la que se puede tener: ponernos en el lugar del otro, sentir en el lugar del otro, acompañar en los problemas, buscar soluciones; se aprende en el rol y se debe crecer desde esa función del ejercicio público. Como diputado de construcción de mayoría, lograr gobernabilidad. Como presidente encargado, a llevar labores de Estado. Nunca esperé a un canciller como Leyva en una actitud como esta y mucho menos mintiendo.
–¿Qué pasó en ese momento cuando se enteró que no era bienvenido, que tenía que salir de Colombia? ¿Hubo alguna negociación con el gobierno colombiano? ¿Sintió que hubo influencia del gobierno venezolano en la decisión? ¿Cómo fue la participación de Estados Unidos?
–Más allá de la amenaza temprana privada que hubo, cuando vi las declaraciones públicas del canciller Leyva, sentí que la persecución se trasladaba a Colombia de alguna manera. Gracias a la intermediación de Estados Unidos pude tener resguardo y tramitar una salida segura.
–¿Existe alguna garantía para su familia en estos momentos?
–La que les da la visibilidad de la denuncia. Por eso es tan importante siempre decir las cosas como son, hablar claro. Eso hoy puede ser una herramienta. Hemos atravesado por mucho como familia.
–¿Por qué no se llevó a su familia en un primer momento, cuando decidió ir a Colombia, sabiendo que había el riesgo de que lo expulsaran?
–Hay una niña de cinco años que va al kínder y una bebé de un año y medio que está con su madre. Nuestra intención era salir a buscar no sólo protección para todos los venezolanos, sino para garantizar una primaria competitiva, evitar un escenario como el de Nicaragua y lograr una elección libre. Cuando me preguntan en qué momento pienso regresar, digo mañana, como cualquier exiliado que fue a buscar una oportunidad y que en medio de la pandemia quedó en un limbo fuera de su casa. Por eso decía en una entrevista que me sentía como cuando salí de La Guaira en 1999, un momento muy difícil y complejo, pero soportado y abrazado y con las ganas de reconstruir. La intención es regresar sin darle ninguna herramienta a la dictadura para que siga chantajeando o persiguiendo. No le voy a dar un nuevo rehén a la dictadura.
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–Un tema sensible en su administración fue la gestión de Monómeros. Desde el Gobierno colombiano se ha mostrado interés en la adquisición de Monómeros. Incluso, el hijo de Petro, Nicolás Petro –de acuerdo con lo que dijo su exesposa en información que se filtró a la prensa colombiana– contó que estaba en medio de una negociación para la adquisición de Monómeros. ¿Cree que la reacción del equipo de Petro hacia su persona tenga relación con Monómeros? ¿Es descabellado plantearse esa hipótesis?
–No lo sé. Creo que respondió más a una presión de la dictadura de Maduro, en este caso por la respuesta virulenta del Gobierno de Colombia. Con respecto a los activos de Venezuela en el exterior, quiero constatar algo muy importante. Vimos cómo remataron una refinería en República Dominicana, Refidomsa, una negociación que, por cierto, llevó adelante Tarek El Aissami. Valdría la pena saber los términos de esa operación. Nosotros evitamos durante cuatro años que siguieran dilapidando los activos de Venezuela en el exterior, una situación muy difícil por las acreencias que tiene Venezuela por la irresponsabilidad fiscal de la dictadura de Maduro y antes de Chávez, porque hipotecaron a Venezuela con riesgo de embargo de nuestra principal refinería en Estados Unidos. Esa es nuestra percepción cuando vemos la pretensión de vender Monómeros.
–Ha dicho que continuará luchando, que no pedirá asilo, que regresará al país y que no descarta participar en las primarias. Sobre estos últimos puntos, la intención de voto, de acuerdo con las encuestas, no lo estaban favoreciendo para este momento y el riesgo de que lo apresen seguirá ahí. ¿Cómo se replantea el futuro al considerar esas variables?
–Lo primero, a nivel de protección y seguridad. No solo para Juan Guaidó, sino en general para los candidatos. No puede ser que la dictadura elija la alternativa democrática, con persecución, con cárcel política; con inhabilitaciones, con ilegalizar partidos y con sabotear la primaria. El primer esfuerzo de la oposición en Venezuela, de la alternativa democrática, y en lo que quiero aportar es que se produzca una primaria unificadora. Lo he dicho desde hace poco menos de un año: el objetivo de la primaria no es saber quién tiene más votos, no es suficiente, estamos en dictadura; es reunificar a la alternativa democrática y eso pasa por evitar que la dictadura, con persecución y con salvajismo, impida que realicemos ese evento.
Lo primero es habilitar puntos para los venezolanos en el exterior, definir el mecanismo de votación; pedir apoyo requerido, no que el CNE imponga ningún tipo de condiciones, para que dependa de la Comisión Nacional de Primaria y no de ninguna institución de la dictadura, conscientes de que no van a facilitar nada. Cuando me hablas de la candidatura y que tengo el respaldo de siete partidos que estamos conformando una coalición, me imagino que el mejor candidato para Venezuela es la configuración de un equipo mucho más poderoso, con más sinergia, que puede derrotar a quien hace el mal. Yo veo así la primaria porque quien quede de segundo no puede perder, el que quede de tercero tiene que incorporarse a un equipo para derrotar a Maduro en 2024.
–¿A qué se refiere, a que el segundo posiblemente sea el candidato definitivo porque al primero lo van a eliminar o a que se tienen que sumar el segundo y el tercero para apoyar al primero?
–Me refiero a las dos cosas y voy más allá, no solo que puede ser sujeto de detención y persecución quien gane la primaria, necesitamos al segundo, tercero, cuarto y quinto. Necesitamos 100 % de los votos de la alternativa democrática, de los votos en el exterior, del PSUV que está descontento con un régimen que se robó el dinero y lo confesaron. Esto no es un carnaval electoral, no es solo una contienda de quién tiene un mejor eslogan o una propuesta para el país -inejecutable mientras esté la dictadura-. Es una contienda para y estar a la altura de la circunstancia, articular con madurez política, responsabilidad, al resto de los factores políticos, y que legitime la gente con su participación y movilización a un liderazgo que debe retomar confianza con los venezolanos.
–Si Juan Guaidó no logra ser candidato, por diversas razones: seguridad o porque los números en las encuestas no le dan, ¿apoyará a algún candidato?
–Mi mejor candidato hoy es la unidad. Es la primaria. Es ese equipo que articula a toda la alternativa democrática y que estoy seguro derrota a Maduro, como decimos en Venezuela, por pela; que derrota a cualquiera del régimen, no solo a Maduro -que es el candidato más débil que tiene el PSUV- el más fácilmente derrotable y ellos lo saben, por eso persiguen, me amenazan.
–¿Pero antes de las primarias no se planteaba apoyar a ningún candidato?
–Mi tesis o mi gran propuesta política para el país es facilitar la articulación de todos los factores y por eso empecé por una coalición, no por el anuncio de una candidatura. Empezamos por buscar apoyo de organizaciones civiles, partidos políticos, una propuesta de plan país transformada en un acuerdo nacional que incorpore a todos los sectores; la firma de un tratado o pacto de no agresión que, en mi caso, era muy sencillo porque yo ataco solamente a un régimen que viola derechos humanos, no a ninguno de los que han participado o actuado en la lucha democrática y eso tiene que marcar diferencia en esta etapa. Ya basta de ataques y descalificaciones entre los que han luchado durante años por el país. Hay que sumar a todo el mundo que legítimamente se enfrenta a la dictadura.
–¿Con cuál de las siguientes versiones que se dice de Juan Guaidó se queda? El político que se sacrificó y luchó por un cambio y no lo logró porque sectores oficialistas y opositores lo impidieron. El joven líder político que desperdició la oportunidad de liderar un cambio en el país por inexperiencia y que aún debe muchas explicaciones sobre su gestión. Un político que acumuló experiencia para construir un futuro.
–El ciudadano que no se rinde, que sigue adelante, que así sea con un morralito en el hombro va a seguir trabajando por Venezuela; el que busca articular al país, el que quiere ver reunificada a la familia. Hay un poco en cada una de esas versiones. He tenido la oportunidad de relacionarme no solo con los países del mundo, de aproximar a Venezuela a los grandes escenarios y poner el foco de las potencias en nuestro país, cuando estuvimos de gira internacional en Davos; en Washington, cuando el Congreso (de EE. UU.) se levantó a aplaudir a Venezuela –no a una persona–, a nuestra causa, a nuestra lucha; cuando nos reconocieron 60 países, pero también el que ha recorrido Venezuela, que ha luchado por la libertad de expresión y derechos civiles; quien ha trabajado por los derechos humanos, por los presos políticos. Hay una trayectoria, un recorrido. Es evidente el deber de ponerse al servicio de todo el país.
Está latente ese riesgo, sin duda. No solo ser detenido, sino la vida. Han disparado en nuestra casa, a nuestro vehículo; apresado a nuestra gente, es decir, es claro lo que le pasa a la alternativa democrática en Venezuela
Juan Guaidó, diputado y presidente (E) de la República y de la AN (2019-2022)
–En redes, en páginas web y no solo los bots, sino también personas conocidas de índole diversa, le piden que rinda cuentas sobre los recursos manejados por su gestión; le piden que responda a los señalamientos que se le han hecho a su gestión. En enero usted presentó un balance, una memoria y cuenta, y dijo que en los cuatro años del gobierno interino el presupuesto fue de 150 millones de dólares. ¿Falta por rendir cuentas, por aclarar? ¿Qué le dice a las personas que están pidiendo que rinda cuentas?
–Lo más importante es salir de Maduro, esa es la tarea pendiente, la que todos queremos: lograr desplazar a una dictadura y recuperar la democracia. Esa es la principal cuenta que tenemos hoy con Venezuela y mi compromiso de seguir adelante. Luego tiene que ver con el ejercicio de lo público, se tiene que ser transparente. Cambiar lo que hemos visto durante estos 23 años o incluso más en nuestro país, ahí está la gran diferencia de lo que hemos hecho durante cuatro años. También defendernos de la propaganda de la dictadura, que quisieron confundir sobre la cooperación internacional, la ayuda humanitaria, la facilitación de las multilaterales con respecto a otros países receptores de migrantes y lo que tiene que ver con fondos públicos.
Logramos beneficiar a 70.000 familias en momentos de pandemia. Al sector más golpeado: personal de salud, enfermeras; innovando democráticamente porque la dictadura bloqueó cuentas bancarias, por lo que tuvimos que utilizar criptoactivos para educar digitalmente a ese sector. Eso solo logramos en tiempo record. La defensa de la democracia necesita de más herramientas, es insuficiente lo que tenemos, incluso deficitario. Un error que se cometió en el gobierno interino fue haber pasado de 30 embajadas a 10, cuando necesitábamos pasar de 30 a 90, es decir, buscar más apoyo, no solo la silla en la OEA, sino también en la ONU. Eran necesarias más herramientas de las que teníamos y que se pretendió ir recortando año tras año.
–Cuando comenzó su gobierno, en un artículo de opinión planteé que su carrera era como la de un ciclista en una cuesta y que competía con un Maduro que iba siendo ayudado por militares y políticos del chavismo que hacían trampa: le ayudaban a pedalear y prácticamente usted iba solo y necesitaba el impulso de los demás. En esa cuesta es notable que mucha gente se separó de su lado, incluso algunos fueron detenidos. ¿Cuál es el balance de Juan Guaidó sobre esos que se retiraron? ¿Fue su responsabilidad? ¿Qué tanta culpa hay en Guaidó por quienes lo apoyaron y luego lo dejaron de apoyar?
–Voy a poner un ejemplo sencillo. En cada gira que hacíamos al interior, llegabamos a un hotel o alguien prestaba un vehículo y a la semana siguiente a ese hotel llegaba el Seniat y lo cerraba, o venía un militar y extorsionaba; acosaban a los dueños, quitaban el vehículo, sin contar la detención de Roberto Marrero, por ejemplo, o todavía la de Roland Carreño. La dictadura ha sofisticado su mecanismo de persecución.
–No estoy hablando solo de los que fueron detenidos y de ese mecanismo para separarlo de su equipo de apoyo. Hablo también de los dirigentes de otros partidos políticos que comenzaron con el gobierno interino y que después se separaron. ¿Qué pasó con ellos?
–Creo que el periodo de mayor unidad, gobernabilidad, ratificación cada 5 de enero, fue durante el gobierno interino. Obviamente, hay un proceso de búsqueda de alternativas; hubo un cálculo electoral, sin duda, con lo que pasó el 5 de enero. Según mi forma de ver fue un error haber entregado la herramienta de interlocución en un país en dictadura. La herramienta del gobierno interino, constitucional, es la más innovadora para la defensa y recuperación de la democracia que hemos visto en la historia reciente. Bien quisieran los hermanos de Nicaragua tener un presidente interino o en Cuba tener la interlocución que se tuvo en Venezuela durante cuatro años. Puedo decir con responsabilidad que es la herramienta más poderosa que hemos tenido en Venezuela para mantener la unidad.
Nos pasó como con el Parlamento Nacional que en 2018 hubo una crisis unitaria, tenemos que aprender de esto. Por eso hablo de un acuerdo país que integre a todos los sectores, de manera programática para atender a los más vulnerables, servicios; el tema energético, de alimentación, del salario, pero también en lo político. No puede ser una herramienta para el chantaje el tema de la unidad, sino un espacio de discusión, de debate; de toma decisiones y eso se aprende rápidamente; es una curva de aprendizaje muy dura al enfrentar a una dictadura, no de estos últimos cuatro años, sino de los últimos 17 años en los que estado participando activamente y en primera persona.
–A finales de este mes también se cumplirán cuatro años de aquel evento de asonada, en el cual usted participó y estuvo Leopoldo López. ¿Algún balance o algo que decir con respecto a ese hecho de la historia tan criticado por algunos?
–Lo que más me llama la atención es que se pronuncia un sector como nunca antes en años, casi dos décadas: los militares. Ahí hubo una manifestación clara de un descontento. Si vamos a hablar de transición con responsabilidad, hay que hablar de la Fuerza Armada, de quienes hoy mantienen aún a Nicolás Maduro en el poder.
–¿Dejó fondos en reserva el gobierno interino? ¿Quedó algo sobre el fondo que se había creado en Londres? ¿Qué quedó de eso?
–Lo más obvio es el oro resguardado en Londres; lo más evidente es Citgo. Evitar que Maduro controlara fondos públicos para seguir robando, no lo digo yo solamente, lo acaban de confesar, señalando al grupo El Aissami que hoy no se sabe dónde está. Mientras exista el respaldo de la comunidad internacional, incluso después del 5 de enero, se mantiene mucho de esto. Nuestra preocupación es que sin el gobierno interino esto se ponga en riesgo.
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–Hace 15 días entrevistamos a los ingenieros José Aguilar y Miguel Lara, quienes hablaron del proyecto de recuperación del sector eléctrico hecho para su gobierno, pero usted nunca habló de ese proyecto, ¿por qué?
–Hablamos del plan país. Hicimos muchos actos, eventos en los que comunicamos. En el sector de servicios, por ejemplo, la atención inmediata de la crisis energética, no solo en ese momento de la crisis eléctrica, sino la gasolina, el gas doméstico; es una de las primeras cosas que hay que atender para la reactivación del país y de la economía. Tenemos que atender el tema de la seguridad jurídica e institucional, todo lo que tiene que ver con la distribución de alimentos y evidentemente la economía. Ahí hubo un plan hermosísimo, que vamos a poner a disposición de la unidad porque fue construido en unidad.
–¿Hubo alguna persona, partido u organización que usted hubiera preferido no haber tenido cerca durante su gestión en el gobierno interino?
–Siempre se pueden hacer las cosas mejor. Además, yo soy ingeniero industrial de formación, que busca optimizar.Hay una gran enseñanza para todos ahí. La gobernabilidad no se trata solo de acceso y facilitación de partidos políticos en el poder, sino también de siempre estar atentos a la eficiencia.
–En 2019, su papá visitó el castillo del Alamín (Toledo, España), perteneciente a Alejandro Betancourt, presidente de Derwick. ¿Los bolichicos se acercaron a usted para pedirle apoyo o protección? ¿Por qué fue su papá a ese lugar?
–Estás haciendo una afirmación que desconozco. No tengo ningún tipo de información ni de la agenda de mi papá, que vive en Tenerife desde hace 17 años ya, como miles que fueron buscando oportunidades. No tengo información acerca de la afirmación que haces.
–¿Los bolichicos nunca se acercaron a usted a pedirle protección o ningún favor?
–Ya te respondí, César.
El primer esfuerzo de la oposición en Venezuela, de la alternativa democrática, y en lo que quiero aportar es que se produzca una primaria unificadora. Lo he dicho desde hace poco menos de un año: el objetivo de la primaria no es saber quién tiene más votos, no es suficiente, estamos en dictadura
Juan Guaidó, diputado y presidente (E) de la República y de la AN (2019-2022)
–Entre la audiencia en YouTube, una usuaria pregunta: ¿cómo están su esposa y sus hijas?
–En Caracas, preocupadas por la persecución, por todo lo que ha venido sucediendo, de una larga travesía, una situación familiar muy compleja y buscando siempre su resguardo. Es muy difícil lo que atravesamos. Miranda tiene cinco años y Mérida es una bebé de un año y seis meses que apenas está aprendiendo a caminar y a hablar. Fabiana está muy preocupada también por su familia.
–En Facebook, un usuario pregunta: de lo que se pudo hacer en el interinato, ¿cuál es el paso a seguir para sacar a Maduro?
–Reunir todas las herramientas que tenemos. La mayoría ejercerá, movilizarla, para eso tenemos la posibilidad de la primaria: para facilitar esa organización; tenemos la elección presidencial como elemento constitucional que apalana un cambio, que no solo es ir a votar sino defender ese voto. Tenemos que contar con el respaldo de la comunidad internacional. Entender que hay un proceso en la Corte Penal Internacional que busca justicia; que se pueda hablar de justicia transicional para salvaguardar a las víctimas, para evitar la repetición de estos crímenes y resarcir los daños. Hoy tenemos aproximación y hemos ejecutado y ejercido todas estas herramientas en algún momento por separado. Es el momento de hacerlo al unísono. Electoralmente Maduro es derrotable, el reto es llevarlo a ese plano en 2024 o antes. Si logramos movilizarnos, derrotaremos a la dictadura.
–El colega Jesús Abreu pregunta: la coordinadora política de Voluntad Popular, Adriana Pichardo, dijo que un representante del partido se quedó en Bogotá para cumplir con las reuniones que ya estaban coordinadas con usted. Al menos seis delegaciones habían confirmado hablar con usted. ¿Se produjeron esos encuentros con el representante de VP que quedó en Bogotá?
–Muchos de esos encuentros se realizaron, los atendí por teléfono.Tendré unos presenciales en este momento que estoy fuera del país. Nuestro representante en esas reuniones lo dirá públicamente en los próximos días.
–¿Quién es el representante?
–Él lo dirá públicamente, con un balance de las reuniones. Tiene que ver con todo el mecanismo de persecución de la dictadura.