Caracas.- El salario mínimo en Venezuela es el más bajo de Latinoamérica, incluso si se considera el nuevo aumento decretado por el gobernante Nicolás Maduro, equivalente a medio petro o 30 dólares que, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) apenas puede cubrir 8% del valor de la canasta alimentaria de febrero, cuyo valor alcanzó 354 dólares.
En la región, Venezuela está por detrás de Brasil que en diciembre aumentó el salario mínimo mensual a 1.212 reales, lo que equivale a 214 dólares. En Colombia, país vecino, el presidente Iván Duque anunció un aumento del ingreso mínimo en el último mes de 2021 a 256 dólares.
Maduro promete llevar el salario mínimo a 300 dólares y más
Maduro prometió recientemente aumentar progresivamente el salario mínimo de los trabajadores venezolanos hasta situarlo en 300 dólares «más temprano que tarde». Según el gobernante, su promesa se basa en un aumento en los niveles de producción y un incremento en los ingresos de la industria petrolera, petroquímica, entre otras, así como por la creación de un gran fondo de desarrollo nacional.
«Que los dólares que entran por aluminio, por hierro, por acero, por petroquímica, por petróleo, vayan a un gran fondo nocional de desarrollo para que los salarios de los trabajadores lleguen a 150, a 200 y 300 dólares y más, como lo vamos a llevar, produciendo, con riqueza», dijo Maduro en una alocución el jueves.
Para evaluar la viabilidad de la promesa de Maduro en el corto y mediano plazo, El Pitazo consultó a los economistas Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), y Aarón Olmos, director de Olmos Group y profesor invitado del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa).
Ambos coinciden en que no está claro cómo el Ejecutivo Nacional logrará revertir años de una profunda crisis económica, que permita recuperar progresivamente el poder adquisitivo de los trabajadores, la productividad del país y la confianza en el bolívar.
«Es una buena intención, pero lo difícil es el cómo luego de la pérdida de 80% de la capacidad de producción de bienes y servicios del país -que es lo que mide el Producto Interno Bruto- entre 2013 y 2021″, señaló Meza vía telefónica.
La depresión económica que sumió al país en una hiperinflación desde 2017 y que destruyó la capacidad y poder adquisitivo del bolívar, así como de salarios y pensiones, sumado a los errores y desaciertos en la política económica implementada por el oficialismo, entre los que se cuentan las expropiaciones y el deterioro de empresas básicas, es una situación que, de acuerdo con Meza, no puede corregirse en unos pocos meses.
«Hay que reactivar la economía y para eso es necesaria la producción, el consumo y la inversión; activar los créditos con montos importantes, que los bancos puedan prestar dinero y por esa vía incrementar la productividad, pero eso parece que no está en el horizonte», explicó Meza.
¿De dónde sacará Maduro los recursos para pagar el aumento de salario?
De acuerdo con Maduro, los ingresos vía industria petrolera serán uno de los pilares para alcanzar la meta prometida de aumentar el salario de los trabajadores a 300 dólares.
«Es fundamental enviar un mensaje a los agentes económicos para que puedan hacer inversiones y aprovechar esta coyuntura que tenemos con el mercado petrolero, por ejemplo. El Gobierno no puede reconstruir la industria petrolera sino con la ayuda de la empresa privada, no tiene otra alternativa que recurrir a la empresa privada, nacional e internacional, para que se hagan esas inversiones», agregó Meza.
Recuperar los servicios básicos, como electricidad y agua, es otro de los aspectos clave para la dinamización de la economía y la recuperación de la productividad, de acuerdo con el director del Cendas-FVM. «Como vemos, es una cadena y depende de la capacidad que tenga el Gobierno para convocar la mayor cantidad de voluntades e impulsar la economía, corrigiendo todos los errores arrastrados por años y generando confianza».
Expectativa irreal
Olmos destaca que es llamativa la referencia al dólar por parte del propio gobernante y no al bolívar o al petro, al momento de referirse a un incremento salarial. «Eso habla de la visión dolarizada que hay por parte del Ejecutivo Nacional, en una dinámica económica nacional distorsionada, en la que el trabajador gana en bolívares, pero el mercado le pide dólares o divisas», explica el economista vía telefónica.
¿Cuál es el presupuesto de ingresos, internos y externos, que la administración de Maduro calcula para adelantar una propuesta como la de un incremento salarial de hasta 300 dólares?, cuestiona Olmos.
«En el actual momento, operativamente, no están dadas las condiciones en la industria petrolera, no hay una recuperación del Producto Interno Bruto, y habría que hacer muchas inversiones, algo que no se está viendo. Esa propuesta es más un deseo que algo para materializar en el corto plazo», agregó Olmos.
En torno a la coyuntura del mercado energético mundial por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, Olmos resalta que en situaciones similares pasadas, en Venezuela no se llegó a hablar de expectativas tan desmedidas, como para prometer un incremento salarial de hasta 300 dólares.
«Quizá el Ejecutivo está apostando a un flujo de caja amplio, tal vez impulsado por las expectativas que se tienen de venta de crudo, dada la situación entre Rusia y Ucrania, pero jamás habíamos visto una situación en la que se hable de un incremento salarial de manera desmedida», añadió el economista.