Por: Lina Pérez, Programa de Formación Nuevos Periodistas.
Desde hace un año, los habitantes de la comunidad 10 de Diciembre, ubicada en el municipio Libertador, han convivido con las aguas negras, que generan olores nauseabundos, recorren toda la arteria vial y representan un riesgo para la salud de los vecinos.
“Una cuadrilla de la Alcaldía hizo una revisión, pero no regresó y la situación sigue igual”, indicó la vecina Sofía Hernández, en conversación con El Pitazo, el 14 de junio.
Hernández destacó que el problema no solo afecta a los residentes del lugar, sino también a los estudiantes de un colegio cercano. “En la noche, las alcantarillas se desbordan, porque las pocetas de los baños no bajan, y las aguas son putrefactas”, añadió.
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Hernández mencionó que por estos olores fétidos y la contaminación ambiental sufren enfermedades. Además, se han visto obligados a permanecer dentro de sus hogares para evitar el contacto con las aguas negras. “Tenemos que estar encerrados, yo duré casi un año con bronquitis y se me agravó por esos olores”, indicó.
Carolina López, docente de la Unidad Educativa Privada Rómulo Gallegos, también denunció que los niños del plantel no pueden ir al baño, «ya que cuesta bajar las pocetas».
“Los sanitarios y lavaplatos colapsan. Se han suspendido las actividades y hemos tenido que trabajar medio tiempo, por grupos, para enfrentar esta situación”, señaló.
López reclamó a los entes responsables que atiendan este problema de salud pública que afecta a todos, reportado en anteriores oportunidades, sin recibir respuesta favorable.